18 LA REPUBLICA. Jueves 21 de mayo de 1987 EDITORIAL PE PENTAGRAMA Doscientos cincuenta años de San José El montañismo en Costa Rica tiene una historia interesante, y con algunas diferencias, casi calcada del desarrollo de este deporte a nivel mundial. Vino primero la época de la exploración científica, donde los naturalistas enciclopédicos y románticos, al estilo de Humboldt, atravesaron selvas y coronaron montañas virgenes, para extraer de ellas los secretos de la naturaleza y sorprender al mundo con sus descubrimientos geográficos. En Costa Rica encabezaron este desfile, hombres como Von Seebach, Von Frantzius, Henri Pittier, Wagnery Scherzer, Anastasio Alfaro, Fidel Tristán, Federico Gutiérrez Braun, Rubén Torres, Richard Weyl y Ricardo Fernández Peralta, en un periplo histórico que va desde los albores del siglo hasta hace unos 50 años, más o menos.
La segunda etapa concibio ya la exploración científica paralela al deseo de marcar algunos records deportivos, armar expediciones de fondo, realizar travesías insólitas y ascensiones a los más altos picos del país, así como instalar registros en estos puntos descollantes de las cordilleras. Surgen aquí los nombres del Lic. Mainrad Kohkemper, Francisco Fau, el Lic. Mario Hernández Ureña, Miguel Salguero, Guillermo Cortés y otros encabezando una larga lista de pioneros en la cual la figura de Kohkemper, como explorador, campista consumado, maestro de toda una generación de scouts y ascensionista de fuste, alcanza los niveles de la leyenda.
Hoy cumple doscientos cincuenta años ditos al golpe de tambores y de marchas nuestra fea pero entrañable ciudad de ejecutadas por la Banda Militar de San JoSan José, cuna de la vida, de la muerte, sé. Recuerdos dulces y amargos, brillande las ilusiones, de los dolores y del pro tes y oscuros que han sido el crisol de la greso de millones de costarricenses que manera de ser de los josefinos.
la han amado, hecho progresar, transfor Pocos son, para una ciudad, doscienmado, pero no embellecido en la forma tos cincuenta años, pero para nosotros, que merece, a lo largo de dos siglos y me los seres humanos, son cinco generaciodio cargados de historia y de emociones. nes que han construido, una después de Para conmemorar la importante fecha, la otra, lo que ahora tenemos. Somos el hemos preparado un suplemento, que a producto de San José y la ciudad es nueshora ponemos en manos de los lectores, tro producto. Ahora estamos amasando el con el propósito de suministrar algunos barro humano y creando las condiciones datos valiosos que digan de lo que ocu de lo que serán los josefinos dentro de rrió alrededor de la humilde ermita de cien, de doscientos, de otros doscientos San José de la Boca del Monte del Valle cincuenta años; por eso debemos empede Aserrí, levantada por nuestros bisabue ñarnos, es nuestro deber, hacer de esta los en el corazón de lo que llegó a ser la ciudad un lugar hermoso, pleno de posibicapital de la República, en el punto ocupa lidades, en el que vivirán nuestros hijos y do hoy por la tienda Scaglietti. en el cos los hijos de nuestros hijos.
tado este del majestuoso edificio del Ban No vale la pena elucubrar acerca de si co Central. Es, a nuestro juicio, un suple el San José de antaño era mejor que el mento para ser guardado, y para contem de hogaño. Debe bastarnos con saber plar en él, objetivada en viejas fotografí que amamos a nuestra capital, tanto que as, la transformación del pequeño caserío no nos gusta en muchos aspectos y por que hoy abarca, prácticamente, el área ello la quisiéramos mejor, más limpia, con metropolitana. Muchos de nuestros lecto parques amplios y calles sombreadas por res podrán, rodeados de sus nietos, ha árboles, llena de jardines, ordenada y colblarles del tranvía que chirriaba desde la mada de centros de arte, de cultura, de Sabana hasta Fuentes, desde el Pacífico entretenimiento, y eso, si lo quisiéramos, hasta Guadalupe, y del Palacio Nacional, podríamos hacerlo, como nuestros antejunto a la Plaza de la Artillería, testigo de pasados quisieron que tuviéramos lo que los grandes acontecimientos políticos for tenemos jadores de la nación, de golpes de estado Reciba la ciudad nuestro homenaje y y de paradas militares todos los domin sus habitantes nuestra felicitación por el gos, después de misa de tropa, cuando cumpleaños de la capital, pues son ellos, un centenar de patillos hacían de solda realmente, quienes la han construido.
La tercera, formalizando lo que se llama propiamente el montañismo deportivo reglamentado y altamente técnico, con ascensiones internacionales a montañas nevadas de gran altura, escalada en paredes y agujas verticales de gran dificultad, y la formación de una verdadera escuela que resume la metodología del alpinismo y el andinismo, es la etapa presente, con una lista también de nombres distinguidos. Es una etapa que apenas comienza a marcar historia.
ce Por eso la idea que ha tenido un numeroso grupo de montañeros costarricenses, de ofrecer mañana un homenaje especial al pionero Mainrad Kohkemper Meza, alcanza los niveles de un verdacaro acto de justicia.
Antes que montañero, ascensionista y explorador, Kohkemper ha sido siempre un maestro de la naturaleza. Un maestro exigente, con mucho de la disciplina férrea de sus ancestros alemanes, y del instinto atávico de su cruce hispanoamericano.
Un formador de hombres, y un hombre con una enorme conciencia de su responsabilidad ante la historia, por lo que unió a sus aventuras, el minucioso trabajo de escribir varios libros para el Instituto Geográfico de Costa Rica, en que se recoge todo lo que hay que recoger de antológico en cuanto a las travesías de la Cordillera de Talamanca, los recorridos a las tierras de los aborigenes y las ascensiones al enorme Macizo del Chirripó.
No es la primera vez que nos referimos a esta figura y sus Obras en Pentagrama. que también ha reivindicado los valores de los montañeros y espeleólogos en la formación del sistema de parques nacionales, pero en ocasión del nuevo homenaje al gran explorador costarricense, queremos unirnos espiritualmente a él, y reconocer como un ejemplo, la leyenda viva de Kohkemper Meza.
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