Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
LA REPUBLICA. Viernes 25 de setiembre de 1987. Campo pagado: DEL: LIC. JAIME LLANES VELASQUEZ Campo pagado: A: DOÑA VIOLETA DE CHAMORRO DIRECTORA DIARIO LA PRENSA EL DERECHO LA REBELION DE LA RESISTENCIA NICARAGÜENSE 14 4633 TELEGRAMA San José, 23 de septiembre de 1987 Por: Gonzalo Facio 15 15 los que Señora: Las libertades, los derechos del hombre, y en este caso, muy especialmente la libertad de prensa, no deben aceptarse como concesiones graciosas de detentan el poder.
La libertad de prensa en Nicaragua no es la libertad de La Prensa.
Espero, Señora, que usted demuestre su vocación democrática, exigiendo la apertura de todos los medios de Nicaragua, inclusive nuevos medios, para que La Prensa abra con el aplauso de todos los nicaragüenses.
19 119 1999 23 29 31 3 FIRMA RESPONSABLE JAIME LLANES VELASQUEZ Carné Residente Rentista Nº 270 6247 315 a cre18 23 18 23 19. 00 BC CR BANCO CENTRAL DE COSTA RICA Lic. Gonzalo Facio, excanciller de la República de Costa Rica, envió el presente mensaje a la asamblea de la Resistencia Nicaragüense. la Tercera Asamblea de la RESISTENCIA NICARAGUENSE, reunida en Guatemala, en la fecha de la Independencia de Centroamérica, cordialmente envío el siguiente mensaje: Creo que todo pueblo tiene el derecho de rebelarse contra los tiranos. La rebelión armada es el último recurso que le queda a un pueblo al que se le cierran todos los otros caminos para conquistar su autodeterminación. Por eso pienso que el pueblo nicaragüense tiene el derecho a rebelarse contra el régimen totalitario que está concluyendo el sandinismo. Como ese régimen recibe ayuda militar masiva del bloque soviético, la resistencia nicaragüense tiene derecho a buscar ayuda militar en el extranjero. De otro modo jamás podría lograr hacer triunfar su rebelión, cuyo objetivo no puede ser otro que el de derrocar al gobierno sandinista. Desde que se inició la justa rebelión antisandinista, los Estados Unidos han limitado su ayuda a que los combatientes ejerciten presión para que el régimen sandinista haga una apertura democrática, lo cual constituye un sueño imposible, porque ningún partido comunista en el poder hace concesiones que signifiquen que el pueblo pueda tomar la decisión de autodeterminarse. No fue sino hasta el 12 de setiembre en curso que el presidente Reagan declaró, por primera vez, que esa ayuda debe ser para que los combatientes nicaragüenses derroquen el Gobierno militarista de los Comandantes. Mientras la ayuda norteamericana estuvo condicionada ar un instrumento de presión para que los sandinistas se alejaran del bloque soviético, la Resistencia Nicaragüense se está sacrificando inútilmente. Al aceptar que se diera así la apariencia de que la CIA o el PENTAGONO manejaban la estrategia de la insurrección antisandinista para ese fin limitado, se dio la falsa impresión de que los combatientes eran un instrumento de los intereses norteamericanos, en vez de ser, como en realidad lo son, patriotas auténticos que luchan por la democracia en su sufrido país. Esta falsa impresión ha hecho que la mayoría de las democracias europeas y latinoamericanas le haya restado el apoyo moral y material que los Contras se merecen. Por otro lado, el proceso de Contadora estuvo, desde el principio, dirigido por México con el objetivo de que los Sandinistas ganaran tiempo para consolidarse. Ante esas alternativas, el Plan de Paz del Presidente de Costa Rica vino a ofrecer una salida negociada a base de presiones políticas. La salida consistió en comprometer a los sandinistas a asumir obligaciones muy concretas que, de cumplirse, conducirían a una apertura democrática. Yo creo que el Gobierno de Ortega firmó el Plan de Paz de Guatemala sin ánimo de cumplirlo a cabalidad, para aliviar momentáneamente las presiones que sufre. Sin embargo, al hacerlo se expuso a que, sino cumple los compromisos asumidos en Guatemala, hará más fácil que el Congreso norteamericano, dominado por el Partido Demócrata, apruebe el incremento de ayuda solicitado por el Presidente Reagan, y, por otra parte, facilitará que las democracias europeas y latinoamericanas abandonen las excusas que han tenido para seguir apoyando a los sandinistas, El Plan de Paz de Guatemala, con el objeto de lograr que Ortega lo firmara, no exigió que el gobierno sandinista negociara el cese del fuego con la Re.
sistencia Nicaragüense. Pretende que los Contras se desarmen y se desbanden con la sola promesa de que los sandinistas cumplan los compromisos de democratización interna. Yo estoy seguro de que, dogmáticos marxistas como lo son, los sandinistas jamás harán aperturas democráticas que los conduzcan a perder el poder por la libre decisión de los nicaragüenses. Por lo tanto no creo que los rebeldes deban desarmarse, ni menos desbandarse. Eso sólo deberá hacerse cuando se haya iniciado un verdadero proceso de democratización en Nicaragua, lo que necesariamente requiere que el Gobierno sandinista sea sustituido por un Gobierno temporal, capaz de ofrecer garantías de libertad, y de cumplirlas presidiendo un proceso electoral realmente libre. Por ello, estoy de acuerdo con la posición tomada por el Presidente Reagan, el 12 de setiembre, la más categórica de las que él ha tomado con respecto a Nicaragua No creo que el Plan de Paz de Guatemala y la última posición adoptada por el Presidente Reagan sean irreconciliables. Ambos buscan el mismo fin: sustituir el Gobierno totalitario de Nicaragua por un Gobierno Democrático, libremente electo por todos los nicaragüenses. Los procedimientos adoptados en Guatemala, y el mantenimiento de una Resistencia Nicaragüense bien armada y adiestrada en tanto esos procedimientos no se cumplan, sirven ese mismo propósito. La diferencia está en que el Plan de Guatemala dice sólo indirecta o implícitamente lo que ahora ha dicho Reagan categóricamente: Que para que haya paz en Nicaragua es necesario que desaparezca el régimen militarista que ahora la oprime.
15 Se comunica a las siguientes personas que pueden pasar a retirar cheques a su favor por diferentes conceptos. Estos podrán ser retirados en el cuarto piso, en la Unidad de Servicios de Personal: 2x RI Alfaro Araya, Dinorah Alvarado Castro, Ricardo Arce Campos, Luis Arias Vargas, Miguel Barrantes Boniche, Minor Bonilla Alpízar, Aníbal Bonilla Rojas, Giselle Carballo Cruz, Miguel Carranza Rojas, Carlos Castro Alpízar, Roxana Cerdas Rivera, Gonzalo Cordero Víquez, Arturo Córdoba Arroyo, Oscar Chacón Soto, Edgar Chucken Corella, Yadira Fallas Cordero, Laura Gil Fernández, Alvaro Girón Peraza, José Hernández Hernández, Carlos Hernández Murillo, Mario Hernández Vargas, Roberto Murillo Mora, José Muñoz Fallas, David Pérez Jiménez, Belisario Piedra Alpízar, Illiana Quesada Chacón, Eduardo Quesada Ramírez, José Manuel Ramírez Agüero, Luis Eduardo Rivas Rojas, William Rivera Castro, Carlos Rojas Mathers, Patricia Rovira Gutiérrez, Ana Lorena Samudio Samudio, José Sánchez Orozco, José Sandí Godínez, Gustavo Valerio Alvarado, Carlos Valverde Jiménez, Patricia Vega Barrantes, Olga Nidia Vega Porras, Ronald Villalobos Palma, Oscar 0.
San José, 15 de setiembre de 1987 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
Este documento no posee notas.