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AS ser elde abes onimoi ACUSUSA AJ LA REPUBLICA. Domingo 23 de abril de 1989 13 PERSPECTIVAS GENERALES Desarrollo cultural Arturo Uslar Pietri Los grados y certificados no significan, en el mejor de los casos, sino la comprobación de un mínimo de conocimientos, incompletos e insuficientes.
Tiempo de estudiantes Ars longa, vita brevist. se decía desde la antiguedad. Podía parecer entonces exagerada esa admonición que nos recordaba inutilmente que es mucho lo que hay que aprender y que es corta la vida para lograrlo enteramente. Hoy sabemos, o deberíamos saber, que con la creciente expansión de los saberes y la multiplicación infinita de los conocimientos no existe posibilidad ninguna de que alguien logre siquiera una visión aproximada del inmenso y creciente mapa del conocimiento acumulado por el hombre, que cada día, cada hora, crece más en mas direcciones.
Hace algunos años estuvo de moda hablar de las dos culturas. Una era la humanística y la otra la científica, una la que se ocupaba de la creación humana con la palabra, los sonidos y las formas, y la otra la de los saberes organizados en disciplinas cerradas. Se pensaba en la necesidad de tender puentes y formas de comunicación entre los dos campos. Nació la tendencia, muy plausible y conveniente, de establecer formas multidisciplinarias de estudio y centros de comunicación en los que especialistas de ambos campos se unieran para considerar, desde todas las perspectivas posibles, una parcela del saber o una época de la historia. Hubo seminarios en los que científicos y humanistas se reunían para oirse mutuamente en torno a un problema determinado.
Hoy nos damos cuenta de que, con toda la utilidad innegable que ofrecen estas iniciativas, el objetivo final no es alcanzable. No se trata ya, como se dijo hace un cuarto de siglo, de que los científicos conocieran y apreciaran a Shakespeare, a Cervantes, a la Sixtina o a la Novena Sinfonía, y de que los humanistas percibieran en su inmenso significado lo que implica la segunda ley de la termodinámica, sino que habría que ir mucho más lejos o resignarse, finalmente, a una parcela de conocimiento válido, a una perspectiva de lo que tendríamos que saber y a un horizonte impreciso de la inmensidad de nuestra ignorancia. Tratar de saber lo que sabemos, de vislumbrar lo que no sabemos y tener conciencia de la inmensidad de lo que actualmente no podremos llegar a conocer.
Vista desde este punto de vista habría que revisar a fondo nuestros actuales y heredados sistemas de educación, partiendo de una apreciación muy realista de lo que se puede enseñar y de las maneras de tomar conciencia y de lo que no se puede enseñar, por falta de tiempo y de medios, pero que tiene que estar en muchas formas presente en la conciencia de nuestra situación. Lo que equivale en muchas formas a dar, junto a las lecciones de conocimiento cierto, alguna forma de lecciones de ignorancia.
Del pasado nos viene la noción, bastante engañosa, de que hay unas determinadas materias de estudio, las asignaturas de los pensa. y un pautado tiempo o época de estudio. Es la falsa idea sobre la que reposan los certificados y los grados. Ningún grado, ningún certificado o título académico puede significar otra cosa que el hecho muy relativo de que se ha cumplido un convencional lapso de estudio, sobre una parte básica de una materia más vasta que lo que el plan de estudios abarca. Los grados y certificados no significan, en el mejor de los casos, sino la comprobación de un mínimo de conocimientos, incompletos e insuficientes. la velocidad con que hoy crece el saber en todas la ramas, nadie puede concluir el aprendizaje en ningún momento de su vida. Eso que hoy llaman la educación continua, no es sino el reconocimiento de ese hecho. La verdad de lo que habría que entender y practicar es que, en la enseñanza formal, no se aprende una ciencia sino otra cosa, acaso más importante, que es aprender a aprender esa ciencia. Por eso mismo aprender a aprender debería ser el principal objeto de la educación formal.
Una educación que, además, no podría limitarse al estrecho campo de unas cuantas disciplinas del conocimiento, sino abarcar en muchas formas toda una preparación para la vida del individuo. Una verdadera pedagogía tendría que ocuparse de la persona en su totalidad, hábitos, modales, preparlo para la vida y la sociedad, no olvidar la vieja enseñanza natural del animal para su cría y del salvaje para su hijo, que era la enseñanza de sobrevivir en el medio de la mejor manera, todo eso que en alguna ocasión la UNESCO llamo aprender a ser.
Es ambicioso y vasto el programa, pero al mismo tiempo comienza por ser un acto de humildad y de reconocimiento de nuestras limitaciones, para partir de ellas, sin perder conciencia de ellas, sin perder conciencia de ellas.
La muy arraigada idea de que hay una cierta forma de sabiduría que se da en los viejos, no es otra cosa que el reconocimiento de que no todo está en los libros, sino también en la vida y en la experiencia vital acumulada.
En este sentido es verdad la noción de que se aprende toda la vida. Se aprende espontánea e inevitablemente con la vida, pero no puede bastar esa forma azarienta, sino que debe formar parte de una nueva concepción de una educación que empieza con el nacimiento y termina con la tumba. Una verdadera educación tiene que abarcar la vida entera en todas sus edades, de una manera sistemática y continúa, para aprender y para tener conciencia presente del océano de ignorancia en el que flotamos.
El concepto escolar de la educación, con su comienzo y su término, nos viene de muy especiales circunstancias de la edad media en Europa. De allí nacieron los magister y los doctores. con la falsa presunción de que ya habían aprendido todo lo que había que aprender. Los griegos no tenían doctores. El aprendizaje socrático abarcaba toda la vida. Nadie se graduaba de nada en la academia platónica ni en el liceo aristotélico. El ágora era una escuela abierta para todos toda la vida. Tendríamos que hacer algo para no seguir pensando en doctores, con la connotación medieval del título, y aceptar que no hay sino estudiantes, gente que esta aprendiendo todos los días en todas las formas posibles.
RELACIONES INTERNACIONALES JCentroamérica 30 Más sobre Parlamento Centroamericano y nuestra realidad política Jaime Delgado Maestría en Ciencias Sociales FLACSO, México; catedrático Esc.
Historia, UNA; miembro Proyecto Zona de Paz en Centroamérica y el Caribe. de la Univ. para la Paz; autor de libros y ensayos sobre Estado y procesos sociopolíticos.
Separatismo y democracia centenaria, son américa (Nueva York, 11 de Dic. 1889. Naturalmente, argumentos que se esgrimen en contra del con el actual PARCA, se renueva, como infundio, el teParlamento Centroamericano. Veamos su rror a la integración política.
sustento.
La práctica separatista no es nuestra. más bien, Dijimos en nuestro artículo de ayer sábado, que hay no es sólo un recurso nacional. Fue también una imposición internacional. En ese sentido nuestro rechazo a la tres quimeras que aletargan al tico en su devenir histórico y en su capacidad de análisis de la realidad.
integración fue funcional a los intereses británicos primeEl separatismo es, según nosotros, el primero de los ro, luego a los norteamericanos. Pero, más antes, este argumentos que se han esgrimido en contra del Parlaseparatismo había sido el producto de las formas de domento Centroamericano. Es en la práctica un mito imminación colonial impuestas por España y que generaron puesto por nue las condiciones de balcanización subsistentes en el istcla es dominantes que se ha incrustado en la conciencia del costarricense y que ha sido mo. Nuestra conciencia y conducta separatista, no es constantemente alimentado: Somos diferentes del resto entonces un producto de nuestra idiosincracia, o de de centroamericanos nativos en los otros países del istnuestra ascendencia étnica. sino de las presiones y requerimientos de las naciones hegemónicas. La cita del timo.
co apellidado Jiménez que nos aporta José Martí es alecEn esta argumentación está implícito un sentido racista de la nacionalidad costarricense: aquí somos blancionadora.
cos y en el resto son indios; aquí hablamos (como si no Hay otro argumento que se ha esbozado en el debafuera un absurdo) el español sin ningún acento; en otros te contra el PARCA. Este está fundado en la práctica democrática centenaria y en la mentalidad electorerista hablan mal nuestra lengua. Es todo el mito de la Suiza Centroamericana, no menos racista que la caracterizadel costarricense que han posibilitado cambios de gobiernos civiles por métodos, digamos, pacíficos y no violención étnica y de formas de hablar. Según esta argumentación, no puede haber unidad entre seres humanos tan tos como en el resto de paises centroamericanos. Ya en otros artículos en esta sección me he referido a esa dedistintos. Esa conciencia separatista del istmo fue señamocracia centenaria. y no me interesa continuar en esa lada en el siglo XIX por José Martí, quien constaté que línea por ahora. No obstante esta argumentación se bahabían opiniones anexionistas de un costarricense apelli sa en una interpretación de la historia nacional fundada dado Jiménez que. prefiere ver a su patria anexada a en el igualitarismo agrario de la colonia y de los primeros los Estados Unidos, que convertida en estado de Centro años de vida independiente. Esto también es otro mito.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio En esta argumentación contra el PARCA se nos recomienda no llegar a ninguna unidad regional, por el terror a contaminarnos por los métodos de ascenso al poder en los otros países y por la violencia que ahí impera; o bien, el constituirnos en jueces supremos y ejemplo inmaculado ante cualquier proceso eleccionario que se de en el istmo; y por ello, considerarnos con autoridad para decir qué es no democrático. Pareciera que son, en estos razonamientos, más exportables los métodos autoritarios de otros, ue nuestra democracia centenaria. pues, en vez de defender la fortaleza de nuestro sistema de gobierno, al contrario se nos previene por sus debilidades.
Pero también, en este argumento se deja oculto el sentido que asumió nuestra democracia en un país de escasa población, a causa de una cruenta represión contra los indígenas en los tiempos de la colonia que los lanzó a su práctico aniquilamiento. En esta perspectiva, nuestra democracia seria el resultado más bien, de un pacto de supervivencia de grupos minoritarios y con proyectos de desarrollo económico, en una diezmada población, cuando las posibilidades de acumulación se hacían prácticamente imposibles. Nuestra virtud nace de un demérito en donde en el pasado no nos diferenciamos tanto de los hermanos centroamericanos.
En la tercera entrega mañana lunes, haré referencia a la tercera forma de argumentar en contra del Parlamento Centroamericano.
Cultura y Juventud, Costa Rica.

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