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Lunes de Marzo de 1992, LA REPUBLICA 17A.
Debate ROTICA ACTUALIDAD La elección del Contralor de la República, como proceso y desenlace, nos ocupa hoy, por tratarse de un tema polémico. pesar de que esa designación se dio ya, quedó abierto un debate al respecto. Mariana Lev MARIANA LEV Coordinadora a Una elección bochornosa To Tel ar on se nvi.
a es nó el in 30, ir enOS Desi tira seblial en sta mo rearLa República Marcia Salas JAVIER SOLIS Ex diputado de corrupción (o será que para los dirigentes liberacionistas sí. segundo, porque ellos no hicieron otra cosa durante cuarenta años más que nombrar a sus militantes en ese alto cargo. Por qué no lo iba a hacer la Unidad. Será cierto lo que se dice en círculos parlamentarios, que algunos diputados se opusieron al nombramiento de Elizabeth Odio porque le cobran juicios de divorcio en favor de sus ex esposas? Si lo fuera, habríamos llegado al colmo de la perversión. Amerita una venganza personal el rompimiento del orden constitucional? Además, como puede un diri.
gente político exponerse al ridículo de argüir en contra de alguien, que es competente, pero que tiene mal carácter (imal carácter o firmeza. Pero lo que todos sí sabían con inquebrantable certeza es que Elizabeth Odio es incorruptible. Cual nueva Robespierre. Incorruptible para los de afuera como para los de casa. Nadie podrá negarle al presidente Rafael Calderón el mérito de proponerla a sabiendas de su incorruptibilidad. esa me parece ser la principal causa del naufragio de la candidatura de Elizabeth Odio a la Contraloría. En el fondo y quizá también conciente y deliberadamente, se le rechazó por ser incorruptible, por ser de sobra competente y firme (aunque se le llame de mal carácter. Su acceso al poder de fiscalizar el ejercicio de la administración pública, con carácter constitucional, quitaba seguridad a los tradicionales detentores patriarcales del poder politico. Era darle poder al enemigo de su manera de gobernar. Eso sí ameritaba, para esos señores, el rompimiento del quórum y el boicot de otros proyectos de ley. Muy pocos costarricenses podrán decir, como Elizabeth Odio, que tienen un precio político tan alto: el rompimiento del orden constitucional.
Esa es su victoria. en esto volvieron a encontrarse las dos fracciones parlamentarias. Volvió a asomar su mano peluda el bipartidismo neoliberal institucional.
La Unidad, en posesión de los votos para infligirle una derrota contundente a Liberación, prefirió ceder al chantaje del rompimiento del quórum y del rechazo de proyectos de ley supuestamente prioritarios.
No pensaron como políticos de amplias miras.
Sacrificaron una victoria política definitiva, por incapacidad precisamente política.
Es comprensible que Elizabeth retirara su nombre del lodo, la vulgaridad y la bajeza del debate por la elección. Pero no es políticamente justificable. Debió hacer llegado hasta el final y morir peleando, si es necesario. Era una batalla por la honradez y la integridad, que el pueblo, a la larga, habría reconocido más adelante.
Un tercer protagonista estuvo ausente en este debate, que no por estar ausente deja de ser protagonista: las mujeres. Las mujeres y los colectivos que reivindican su emancipación, sus derechos y su acceso al poder. Dónde estaban que no se dieron cuenta de que lo que estaba en juego, por primera vez, ura el acceso de una mujer al poder real y autónomo? No y se dieron cuenta de que Elizabeth Odio era objetada por Liberación y utilizada por la fracción de la Unidad como mujer, como representante del género femenino, que representa una amenaza para el poder patriarcal constituido. No saben de las batallas libradas y de las victorias ganadas por Elizabeth para el género femenino. será que se contentan con decir lo que dicen sus detractores, que es muy buena Ministra de Justicia. Qué falta nos hacen mujeres que quieran llegar al poder para cambiar la sociedad!
El precio de Elizabeth Odio es na Asamblea Legislativa vociferante, exaltada por pasiones políticas y hasta personales, eligió luego de horas de ardientes intervenciones, a don Samuel Hidalgo como nuevo Contralor General de la República.
Las cualidades de don Samuel son innegables y sin duda será un buen fiscalizador de la labor gubernamental. Pero la forma en que se dio su elección y, principalmente, los argumentos esgrimidos por la oposición al gobierno para rechazar a la Lic.
Elizabeth Odio, actual Ministra de Justicia, como candidata a la Contraloría, dejan un sabor amargo a muchos costarricenses que tratamos de navegar en medio de la zozobra política que vive este país.
Conozco a la ministra Odio desde hace muchos años, desde que en las aulas universitarias era ya reconocida como una de las profesoras más eximias de la Facultad de Derecho, respetada y admirada por sus alumnos y por quienes no lo éramos.
Tuve la oportunidad de seguir su gestión como Ministra de Justicia en la administración Carazo y su lucha denodada por reformar nuestro sistema penal, en aras de dar a los reclusos posibilidades de incorporarse a la sociedad paulatinamente. La firmeza de la Lic. Odio permitió que esta reforma se iniciara y marcara un proceso que, con altibajos, como todo, tiene hoy el mismo norte.
Fue justamente la reforma del sistema penal lo que motivó a Elizabeth Odio a aceptar, por segunda vez, el cargo de Ministra de Justicia en este gobierno con la clara intención de fortalecer los lineamientos originales de su primera gestión.
La ministra es una mujer de carácter, firme y decidida, a quien no le tiembla la voz para decir lo que piensa o siente, plenamente comprometida con la transformación de rígidas y arcaicas estructuras que y impiden la administración de justicia pronta y cumplida, o convierten la vida carcelaria en la antesala del infierno.
Es una mujer honesta, de una sola pieza y quienes la conocemos sentimos en carne propia los injustos ataques que sufrió en estos días. Se le faltó al respeto con la excusa del fragor de una batalla que más parecía una comedia. Se le atacó poniendo en duda su capacidad para poder desligarse de su actual equipo de gobierno y pasar a controlar sus acciones. Quienes lo hicieron, no conocen a Elizabeth Odio, o la conocen y temieron que efectivamente podía desvincularse totalmente del gobierno.
Se criticó su carácter fuerte, su capacidad de decidir y decir con autonomía y de pronto, como en una obra del absurdo más refinado, vimos con estupor que sus principales virtudes, y las que debe tener un contralor, eran expuestas como los principales motivos para vetar su candidatura.
El resto es historia conocida. Hoy tenemos un nuevo Contralor, pero en todo esto queda un sabor amargo, porque no sólo perdió Elizabeth Odio sino que todos los que todavía tratamos de creer en las esclerótica institucionalidad del país tenemos un motivo más de decepción.
Esta elección puso en evidencia demasiadas cosas y ninguna de ellas positiva para la supervivencia de nuestra democracia.
бу Paue de que se el nae al ayo daM cie cra rco ede mo ros ces, se sepor orae he preguntado qué razones poderosas, de verdadero peligro nacional, de amenaza al régimen constitucional pudo tener Liberación Nacional para amenazar con el rompimiento del quórum, es decir, rompimiento del régimen constitucional, si se nombraba a Elizabeth Odio Contralora.
Hay que descartar que fuera la defensa de la candidatura de doña Aracely Pacheco, porque cualquier iniciado en política sabe que desde que fue presentada como candidata única por Liberación, que no tiene mayoría de votos, había perdido toda posibili.
dad de ser elegida. Esta no fue más que una vil y vulgar utilización de una servidora pública, honrada y competente. Ni don Rodrigo Oreamuno, ni ningún miembro de la cúpula dirigente de Liberación creyeron nunca en esa posibilidad. Sólo lo hicieron algunos periodistas y medios de comunicación que todavía no saben cómo opera el cinismo político. Fue una lástima que la misma licenciada Pacheco se dejara cautivar por esos cantos de sirena.
Lo más triste de ello es que se le utilizó en su condición de mujer, burlándose de la necesidad, de la urgencia, de la inminencia de que las mujeres accedan al ejercicio del poder político para cambiar la sociedad.
Tampoco es aceptable el argumento de disociar el ejercicio de la Contraloría de la militancia política.
Primero porque militancia política no es sinónimo ñez ión stoLas opiniones vertidas en los artículos de la página Debate son independientes de la línea editorial de este periódico y responsabilidad exclusiva de sus autores.
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