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Felicidades MAMA LA ESENCIA DE DE LA MATERNIDAD.
E1 amor siempre duplica nuestra identidad. Cuando amamos a otro ser, éste nos sirve de espejo y nos brinda un doble corazón y un doble cuidado. Sus alegrías repercuten en nuestras alegrías y sus angustias aumentan las nuestran.
Pero en el hijo esta consustanciación es continua y firme durante largos años. Tiene un fuerte componente biológico, al lado del amor, pues al pequeño nuevo ser que dobla nuestra identidad desde el instante inesperado en que lo sentimos moverse por su propia voluntad en nuestra entraña. Doble gozo y doble agonía en el parto, sacramentado siempre por la vida, doble satisfacción en la crianza, cuando a través de nuestro seno alimentamos su crecimiento y su voracidad. Doble jubilo cuando empezamos a balbucear juntos sus primeras palabras, encontrando para cada objeto el nomque encierra su esencia y su pálpito. Doble sorpresa al descubrir, ya en la escuela, los primeros pasos, hermosos pasos de la fiesta inicial del conocimeinto, estrujando el lápiz en los torpes deditos, abriendo la mirada ante rico panorama de la vida entendida como aprendizaje. así, a lo largo y ancho de la existencia, los hijos van repitiendo los descubrimientos que nosotros experimentamos por vez primera de la mano de nuestras madres y cambiandonos como ningún otro acontecimiento nos transforma: sus pequeños triunfos y descubrimientos, sus frustraciones y angustias, sus enfermedades, sus espectativas, que desarrollan con su propio crecimiento, todo el bagaje de sueños y miserias que constituyen cada espíritu humano, encuentran su eco y su doble en nuestro ser.
Esta es la verdadera grandeza y el verdadero drama de la maternidad: sentir con el otro, incluso ya adulto y desprendido, amar con el otro, rescatar con el otro esa doble conciencia, extraña forma de romper las barreras entre el tú y el yo. cuando llega la separación que impone su proceso de madurez, saber desprenderse sin romper ese fino hilo de comunicación que seguirá presente durante toda la vida, seguir sintiendo sin reporches, seguir allí, donde se nos necesite, sin pretender imponer ni atar voluntades. Difícil reto de la maternidad madura, cuando el hijo ya no nos pertenece, porque se debe a sí mismo, pero continúa siendo nuestro en la plena comunicación del amor.
Julieta Dobles Textos: Maylen Brenes y Helen Castro Coordinación: Jorge Arturo Sáenz Sudgerente de Coordinación Periodística: Silvia Chavarría Esquivel Publicidad Portada: Ingrid Holts Agradecemos a Scaglietti, su colaboración.
Diagramación: Edgar Gutiérrez Publicidad: Ejecutivos de Publicidad Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
IMPRESO EN EL DEPARTAMENTO DE PRODUCCION DE LA EDITORIAL LA RAZON PERIONICOLA DEDURIICA
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