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6C. Miércoles de Agosto de 1992 Ana La historia de muchas mujeres sultaba, y me decía que yo era una ladrona, que le estaba robando las cosas que él compraba.
Joven, trigueña, y madre de un niño, Ana refleja en su rostro y en su mirada, años de amargura; años que jamás serán olvidados porque han plasmado la pesadilla del ser víctima de una agresión, en su caso una agresión psicológica ya sea física, económica, sexual o psicológica.
Yo llegué a pensar que no valía nada, que en realidad era una tonta, día con día mi autoestima iba degradándose.
Son muchas las mujeres que viven este tipo de abusos, pero a veces por motivos cconómicos y por la falta de conocimientos de los que ofrece el medio, siguen al lado de su agresor.
Pero un día, Ana desperto de ese mal sueño, y por bien de ella y de su pequeño hijo, ella decidió buscar ayuda, y fue cuando llegó a la Oficina de Defensoría de la Mujer, donde la asesoraron legalmente y la ayudaron psiy cológicamente a superar sus traumas.
Hoy Ana es una mujer decidida, con alta autoestima, que sabe defender sus derechos, y que se prepara para tener un futuro mejor, tanto ella como su hijo.
Este es el caso de Ana, quien vivió sumergida por cinco tristes años en una constante agresión psicológica, donde clla no era valorada ni como persona y mucho menos como mujer, a pesar de ser un bastión muy importante para su marido, ya que con el esfuerzo y el apoyo de ella, él terminó su carrera universitaria, y así obtuvo el ansiado título, que en lugar de convertirse en un eslabón de felicidad de prosperidad para toda su familia, significó cl primer resquebrajo de ésta. Mi marido sicmpre me decía que cra una estúpida, una tonta y me sacaba en cara que yo no tenía ningún título universitario; los insultos eran constantes.
Ana enfatiza que ha existido un concepto de agresión muy limitado porque siempre se piensa en agresión de tipo físico y se dejan de lado aquella que quizá hacen más daño, tales como: la economía, la psicológica, la moral y la agresión sexual.
Defensoría de la Mujer La historia de Ana, es la de muchas mujeres que día a día son agredidas en su propio hogar, y contrario a lo que la mayoría piensa, muchas de estas agresiones se realizan en hogares pertenecientes a clase media y alta, sin olvidar, claro, los, otros estratos sociales.
Pero esto cra solamente una pequeña parte de lo que yo tenía que vivir en mi propio hogar. La situación se fue agravando, y llegó el punto que no me permitía relacionarme con ninguna persona; cuando él invitaba a sus amigos a nuestra casa, y yo quería ofrecerles algo de comer, tenía que hacerlo por medio de mi esposo, porque él se molestaba si yo les dirigía la palabra.
Era desesperante mi situación, yo vivía temerosa día y noche, porque no era libre ni siquiera de tomar alimentos que necesitaba, porque él llegaba y me inEs por esto que si usted es víctima de una agresión puede dirigirse a la Oficina de la Defensoría de la Mujer, quienes te guiarán y ayudarán a salir de este problema.
Esta institución cuenta con personal en diferentes ramas como abogados, psicólo gos, trabajadores sociales y otros.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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