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Lunes 26 de Octubre de 1992 LA REPUBLICA 17A Debate SEGURIDAD NACIONAL Con las propuestas concretas que los precandidatos de los dos partidos políticos mayoritarios ofrecen a los costarricenses en materia de seguridad nacional, iniciamos una serie de debates que nos permitirán conocer sus planteamientos en diversas áreas de la realidad del país, de cara al proceso de escogencia de sus candidatos. Mariana Lev.
DR. MIGUEL ANGEL RODRIGUEZ ECHEVERRIA PUSC El derecho a trabajar en paz La República Marcio Salas llevarnos a confundir la naturaleza del problema y menos la selección de las soluciones.
No podemos dejarnos meter gato por liebre. Hay que poner oídos sordos a los malos consejos, que a quieren llevarnos por una espiritual armamentista.
Hace solo 40 años, nuestros padres nos marcaron el camino al proscribir constitucionalmente el ejército como institución y confiar la seguridad a una fuerza pública compuesta sobre todo por campesinos y no por militares de carrera.
El sostenido apoyo nacional a esa visionaria decisión ha permitido que el control político y social del país se haya ejercido, en lo esencial, por medio de mecanismos civiles, públicos y privados, como la familia, la escuela y el sistema jurídico, en un contexto de respeto por las libertades públicas.
En el actual momento, es esencial reafirmar esos principios para guiar nuestra seguridad ciudadana. avanzar en su aplicación con nuevas formas. Ante el problema de la inseguridad ciudadana no hay soluciones sencillas ni fáciles, y casi imposible que desaparezca por completo. Sin embargo, hay cosas que podemos hacer para mejorar la seguridad de los costarricenses. Algunas de ellas son: Es vital que la fuerza pública y los ciudadanos avancen hacia un esquema de trabajo conjunto en los barrios o comunidades, para ampliar la cobertura y la eficiencia de la acción policial contra la delincuencia. En esa dirección conviene regresar al sistema de policía de barrio. Es imprescindible darle a la fuerza pública una capacitación apropiada, conforme a un perfil profesional de policía. Solo así tendremos gente preparada para combatir con éxito el hampa organizada y no gente entrenada para la lucha antiguerrillera, pero incapaz de actuar como policía. Es necesario aumentar los recursos para crear un sistema especial de incentivos para la policía, y para adquirir equipo, como condiciones mínimas para contar con gente apropiada y bien equipada, y para evitar la corrupción en sus filas. La coordinación de esfuerzos en pro de la seguridad ciudadana debe encontrar mecanismos que fortalezcan la vida democrática. Es básico mantener separados los ministerios de Gobernación y Policia y de Seguridad Pública, para evitar excesos de poder y situaciones que puedan comprometer la seguridad del país, como sucedió hace pocas se.
manas. Es impostergable ejecutar un programa de asesoría psicológica y sociológica a las familias con problemas de violencia, para ayudarlas a superarla. Es necesario educar a toda la población, en especial a niños y jóvenes, dentro de una concepción amplia de la seguridad ciudadana o civil. Aquí estoy considerando asuntos como el enfrentamiento de desastres naturales, la prestación de servicios a la comunidad y la defensa de la integridad personal. Se trata de que la gente se incorpore a la solución del problema de la inseguridad ciudadana con conocimientos y prácticas que integren la seguridad en sus diversas dimensiones a la vida cotidiana. Es esencial ejecutar una adecuada política de desarrollo económico y social. Los costarricenses debemos tener acceso a empleo, salud y educación.
Solo así podremos canalizar las legítimas expectativas de mejoramiento de la población y evitar que niveles crecientes de insatisfacción de necesidades sean un caldo de cultivo para la delincuencia.
JOSÉ MARIA FIGUERES PLN os costarricenses opinan, y con razón, que la seguridad ciudadana no está en la cantidad de policías de que disponga una ciudad, sino más bien en el eficaz cumplimiento de los sistemas de justicia y en el profesionalismo de los cuerpos policiales. Qué debemos hacer para elevar el profesionalismo de los costarricenses responsables de la seguridad y la mayor eficacia en la aplicación de los sistemas de justicia?
Es necesario mejorar las disposiciones relativas al ingreso al servicio policial, la selección del personal, los ascensos, traslados, permutas y movilizaciones, el régimen salarial y los incentivos profesionales, así como el régimen disciplinario, el despido y la clasificación y valoración de puestos.
Conviene tomar medidas para evitar la duplicación de funciones en los cuerpos de vigilancia y para avanzar progresivamente hacia la completa despolitización de las fuerzas del orden. La creación de un Consejo Nacional de Seguridad Pública inte.
grado por civiles representa, en este sentido, una de las medidas perentorias para mejorar la protección que brinda la policía a los ciudadanos. Un Consejo Nacional de Seguridad que coordine a los cuerpos policiales, les de directrices básicas y recomendaу ciones generales. De lo que se trata es de descentralizar y coordinar con eficacia.
En los esfuerzos por la profesionalización de los cuerpos policiales y por una mayor eficacia en la protección de los ciudadanos, el Estatuto Policial estudiado, en la Comisión Especial de la Asamblea Legislativa que analiza el funcionamiento de los organismos policiales, constituye un instrumento imprescindible. Es urgente, por eso, que se le dé trámite y se le otorgue prioridad en el plenario legislativo. En este aspecto quisiera expresar mi satisfacción y agradecimiento por haberse incorporado las sugerencias que planteé a este proyecto de Ley con respecto al Estatuto para la Policía Antidrogas.
La formación cívica y policial de los miembros de las fuerzas de seguridad es de gran importancia.
Para avanzar en este esfuerzo es necesario fortalecer la Escuela Nacional de Policía a través de cursos de Cívica, Derechos Humanos, Derecho Penal y Legislación vigente, así como cursos sobre recolección de indicios, técnicas de investigación policial y uso de armamento policial, con el fin de que nuestros policías comentan menos abusos de autoridad, sean respetuosos con las personas, más eficaces en la lucha contra la delincuencia, y profundicen en la tradición no militarista de nuestro pueblo.
En esta lucha contra la delincuencia, paralela a la profesionalización y la aplicación eficiente de los sistemas de justicia, es imprescindible contar con la participación de la comunidad organizada. Las escuelas, las iglesias, los medios de comunicación, los maestros y profesores, los hogares, las Asociaciones de Desarrollo Comunal y otros grupos cívicos y progresistas, deben incorporarse en coordiy nación con los cuerpos policiales en una labor preventiva y de apoyo a las autoridades. Se debe elevar la participación de los gobiernos locales y de las Gobernaciones en la búsqueda de los focos de delincuencia en sus localidades y en las labores de prevención de delitos y de cooperación con los cuerpos policiales. Movido por este sentimiento propuse a la Asamblea Legislativa una reforma al artículo 140, inciso 1, de nuestra Constitución Política, con el fin El desarrollo: la mejor opción para la seguridad ciudadana. PLN n los últimos años, la vida de los costarricenses ha perdido calidad. Uno de los factores que nos la ha empobrecido es la inseguridad ciudadana.
Hay más delincuencia, y sus acciones son más violentas y organizadas. Ahora, son más frecuentes los robos, la violencia familiar y los asesinatos. Entre las causas de ello, están las siguientes: a) las secuelas que ha ocasionado el narcotráfico; b) la sobreexposición de la población a un cine y una televisión cargada de violencia; c) el sobrante de armas que hay en el país producto de los hechos político militares centroamericanos de los últimos 20 años; y d) el proceso de empobrecimiento que hemos sufrido en la última década.
La inseguridad ciudadana es hoy uno de los problemas fundamentales del país. La actual administración carece de respuestas apropiadas al problema. Ha obligado a muchos a protegerse haciendo de su casa casi una cárcel, y a vivir en una constante y creciente intranquilidad. Pero esta angustia no debe los cuerpos policiales y en el dinamismo de los gobiernos locales y de las comunidades organizadas, aseguran un mejor futuro, más digno, más libre y más pacífico.
de permitir y promover el funcionamiento de la Policía Municipal.
Además, la comunidad organizada debe estar atenta para denunciar abusos de autoridad y velar por el buen trato a los reclusos, por la igualdad en la aplicación de la ley, y, en general, por el respeto a la dig.
nidad humana.
Estas medidas heredan lo mejor de la tradición civilista y humanista de la sociedad costarricense. El derecho a trabajar en paz, confiados en la eficacia de Las opiniones vertidas en los articulos de la página Debate son independientes de la linea editorial de este periódico y son responsabilidad exclusiva de sus autores.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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