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La República en el JAL Nº vuitor: Gaetano Pandolfo Rímolo Irá Marvin a espiar?
Suecia y Escocia anuncian fogueos 16. 000 millones de contactos TV os millones seiscientas mil entradas y 16. 000 millones de contactos televisivos: son éstas las rante la decimocuarta Copa del Mundo de la FIFA en 1990 en Italia.
Se discute mucho en los años ochenta sobre el fútbol seguido desde la tribuna o a través de la televisión y sobre su desarrollo industrial, lo que condiciona la vida misma del espectáculo deportivo más popular de la era moderna.
En noviembre de 1988 la FIFA estableció en Zurich los precios y las modalidades de venta de las entradas para el próximo campeonato mundial tratando de tener en cuenta las condiciones no homogéneas del mercado internacional. Basándose en los precios fijados por la FIFA, la Banca Nazionale del Lavoro (BNL) prevé que, si se agotan todas las entradas, la recaudación global bruta del Mundial sea de 180. 000 millones de liras y que la final de Roma (que se dispu tará en un estadio de 70. 673 plazas. dé la cifra récord de 131 millones de liras. Se trata de cifras importantes que constituyen el supuesto de una buena organización, aunque podria creerse que el problema es secundario si se considera que los espectadores televi.
sivos serán muchísimos más. No es así. El fütbol no es solamente la Copa del Mundo. Además, la carga emotiva ofrecida por una competición internacional, única por prever la eliminación directa en la fase avanzada, no puede entenderse como mensaje universal.
El éxito del fútbol deriva de su sencillez, pero debe decirse que su triunfo ha sido promovido por el calor y el entusiasmo de un ambiente que nunca podrá reducirse y limitarse a pulgadas. La televisión no transmite emociones y amplifica el contacto técnico con el encuentro de modo positivo o negativo. El futbol exige su clima natural y el enfrentamiento dialéctico y de fantasia entre las hincha das opuestas: un partido feo, disputado en un estadio repleto y ale gre por el bullicio del público, regala siempre una emoción que no se consigue transmitir a ningún salón.
Así, pues, la invitación de Italia 90 a sus 600. 000 huéspedes potenciales es interesada. Del de junio al de julio de 1990 se vivi rá un acontecimiento en el que participarán los aficionados al fútbol del mundo entero. En 1986 México consiguió reforzar esta presencia y la elevó a símbolo de exportación; hoy la famosa ola forma parte de la escenografía más acertada de todos los encuentros. La decimocuarta Copa del Mundo habrá de ser una nueva respuesta a la búsqueda de un espectáculo de masa capaz de marginar a hampones y violentos.
Gazetta dello Sport Costa Rica, sin posibilidades Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costawca.
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