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trado Gobernante, como una muestra de gratitud por sus relevantes servieios desea poseer sus despojos, con cuyo fin tiene decretada su traslacion; queriendo el Gobierno del Salvador obsequiar tan justo deseo y dar ai de Costa Rica un testimonjo inequívoco de su amistad y estimación, se ha servido decretar y DECRETA: Art. 1º. Serán exhumados con toda solemnidad, y con todas las ritualidades preseritas en los cánones, los restos mortales de los señores Licenciados don Braulio Carrillo y don Manuel Aguilar, cuyo efecto se da rán por el órgano respectivo las órdenes conducentes.
Art. Verificada la exhumación de dichos restos se colocarán separadamente en una urna funeraria que se depositará en la iglesia principal del punto en donde ahora reposan y se les harán por el párroco respectivo, con asistencia de las autoridades locales las excequias correspondientes.
Art. Los restos mortales de los señores Licenciados Carrillo y Aguilar serán entregados oportuna y solemnemente al Supremo Gobierno de Costa Rica.
Lo tendrá entendido el Jeja de Sección encargado del Despacho de Relaciones y Gobernación y dispondrá lo necesario su cumplimiento. San Salvador, Febrero de 1849.
DOROTEO VASCONCELOS El Jefe de Sección encargado del Ministerio de Relaciones y Gobernación.
JUAN BONILLA (De la Gaceta del Salvador 2)
Para que nuestros lectores puedan fostanrse idea de como en ciertas manifestaciones ha venido desarrollandose el progreso en Costa Rica publiesmos hoy un documento muy importante que dice 251: ALUMBRADO No hace iodavía un año que la capital de la República vió alumbrada sus calles y que cesó la lobreguez y la oscuridad que en ellas reinaban. El alumbrado era una de las primeras necesidades que se hacían sentir, pues chocaba que en medio de las mejoras de esta ciudad no se encontrase la que hemos citado. Horror daba transitar por nuestras calles en las noches escuras y lluviosas y apenas habrá un iadividuo que no recuerde sus naufragios en el fango y en los charcos que se formaban sus encuentros poco amigables con los cuernos de una vaca con las ancas de algunos de los animales que vagaban por nuestras calles. La linterna el farol mal forrado eran entonces instrumentos indispensables en todas las casas y constituían la brújula zin la cual el bajel más experimentado iba a pique en nuestros empedrados. La oscuridad favorecía al mismo tiempo algunos desórdenes y daban lugar los robos que comenzaban notarse. Tanto lo expuesto como otros muchos daños eran contrarios al bien y seguridad pública y formaban un contraste may notable con nuestro estado de prosperidad.
Desde el año de 1841 se conprendió muy bien la necesidad del alum brado. Una órden suprema previno que los propietarios inquilinos de las Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregon Lizano del Sistema Nacional de Bbliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica