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Bohemia Llegaron mis amigos de Colegio, absortos vieron mi cadáver frio, Pobre. exelamaron, y salieron todos; Ninguno de ellos un adios me dijo.
Todos me abandonaron. En silencio Fuí conducido al último recinto.
Ninguno dió un suspiro al que partía, Ninguno al cementerio fué conmigo.
Cerró el sepulturero mi sepulcro; Me quejé, tuve miedo y sentí frío, gritar quise en mi cruel angustia, Pero en mis labios expiró mi grito.
El aire me faltaba, y luché en vano Por destrozar mi féretro sombrío: en tanto. los gusanos devoraban, Cual suntuoso festín, mis miembros rígidos. Oh, mi amor. dije al fin, y me abandonas?
Pero al llegar su voz mis oídos Sentí latir el corazón de nuevo volví al triste mundo de los vivos.
Me alcé y abrí los ojos. Como hervían Las copas de licor sobre los libros!
El cuarto daba vueltas, y dichosos Bebían y cantaban mis amigos!
ISMAEL ENRIQUE ARCINIEGAS. Tras los montes ¡Pobre alma! golondrina que no tiene Más nido que su amor dulce bien mío!
Pájaro errante que buscarte viene Empapadas las alas de rocío.
Deja, sí, deja que tu choza vuelva: Hierven las aguas del arroyo inquieto extienden las encinas en la selva Sus inmóviles brazos de esqueleto.
El valle con la noche se ennegrece: Duermen las flores y las fresas rojas, á veces la luciérnaga parece Una lágrima de oro entre las hojas.
Huyen las aves con medroso vuelo Rozan sus alas la campina muda, negra nube atravesando el cielo Como gigante víbora se anuda. Oh! que negra es la noche de la vida. Que largo este camino! casi muerta El ave de mi alma entumecida Ha caído sin fuerzas en la puerta.
Abrele! que en sus alas han caído Las hojas, secas ya; de sus amores Todas las tempestades del olvido la llama de iodos los dolores. GUTIÉRREZ NAJERA.
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