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La defensa social ha obligado a los hombres en todos los países ingeniarse los medios de impedir los criminales el libre ejercicio de prácticas contrarias las leyes, que la misma sociedad. establece para su estabilidad y progreso. medida que se considera mayor el daño causado con el delito, el rigor de las penas aumenta, llegando a ser, en épocas determinadas, verdaderamente crueles, aun tratándose de simples enfermedades, como pasó con el fusilamiento de leprosos fugitivos. La tendencia moderna se encamina considerar el delito como un desequilibrio intelec tual, de posible curación en muchos casos, y al efecto se trata de sustituir los presidios con los reformatorios, casas de corrección, penitenciarías, hospicios de insanos, delincuentes y colonias agrícolas, donde los elementos perniciosos rebeldes al orden social etablecido encuentran un ambiente forzado de trabajo y prácticas honestas, con vigilancia constante sobre todos y cada uno de sus actos.
Conforme avanza la sociedad, el empirismo va cediendo su campo de dominio la razón y al método experimental, que nos obliga mostrar las úlceras sociales, para que los cirujanos entendidos en esta clase de dolencias las conozcan mejor y les apliquen el reactivo correspondiente. Por eso publicamos hoy la fotografía del cepo, tal como se usó entre nosotros hasta hace pocos años, aun para aprisionar en él las personas en estado de ebriedad.
El amor es la novela del corazón, el placer su historia. El amor tiene un carácter tan particular, que no se le puede ocultar cuando existe, ni fingirle donde no existe. Es difícil definir el amor. Lo único que se puede decir es que en el alma es una pasión de reinar; en los espíritus una simpatía; y en el cuerpo un deseo oculto y delicado de poseer lo que se ama, después de muchos misterios. El amor es una gota celeste que los cielos han vertido en el cáliz de la vida para endulzar su amargura. El amor es como los licores espirituosos, cuánto menos se exhalanó evaporan, más fuerza adquieren. El amor es hijo de la pobreza y del dios de las riquezas. De la pobreza, porque siempre vive pidiendo, y del dios de las riquezas, porque es liberal. El amor es una enfermedad que tiene tres períodos: deseo, posesión y saciedad. El amor es el rey de los jóvenes y el tirano de los viejos.
El amor es el más orgulloso de los déspotas, y tiene por divisa TODO NADA.
El amor es un pájaro que canta en el corazón de las mujeres.
ALFONSO KARR Concebir el crimen es más que cometerlo; es cargar sangre fría con su responsabilidad, sin tener la disculpa del frenesí que lo hace concebibie, LAMARTINE 142