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Elvira Prendez En Santiago de Chile Los dulces ojos de la dulce Elvira, Los que sugieren de mi amor el ansia, Han venido traerme en su retrato Inelables primicias de su alma.
Yo no sé si sus ojos son azules Como el azul del cielo de su patria, Donde es el horizonte de zafiro azul el panorama y la montaña.
Yo no sé si son verdes esos ojos Donde el deseo enciende la esperanza, Porque un puente brumoso se ha extendido, ese puente brumoso es la distancia.
Yo no sé si son negros esos ojos, Negros como la noche de la pampa, Porque sólo soñando los he visto. los sueños engañan!
JUSTO PASTOR RIOS La Música y la pintura Ensaya ba Auber una de sus primeras operetas cómicas, Julia, en una sociedad de distinguidos aficionados.
Uno de los que formaban la orquesta y tocaba el violín, dejaba ir el arco capricho, extasiado en la contemplación de una hern. osa joven que representaba el papel de protagonista. Caballero le dijo Auber parece que se distrae usted y no sigue el compás. Es posible respondió el del violín pero mire usted, maestro, qué corrección y qué pureza de líneas tiene esa joven. iQué perfil. Qué cabeza! Qué torso. Pero caballero. Desearia que en este momento el atrii se convirtiera en caballete, el papel de música en lienzo, el violin en paleta, y el arco en pincel. Perfectamente dijo Auber ¿pero cree usted que con todo eso iba usted tocar mi ópera. que es lo que ahora importa?
El individuo del violín era el famoso pintor ingres.
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