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1863. Antonio Valverde Rojas, de cuarenta y un años de edad y Simona León, de veinticinco años, vecinos de Pacaca: ambos amantes convinieron en matar al marido de Simona y al efecto le dieron beber un poco de almidón de yuca, creyendo que era arsénico; algunos días después le dispararon un tiro de escopeta, con lo cual consumaron el asesinato, premeditado y alevoso. Esto sucedió el 27 de Noviembre de 1861; pero la sentencia de muerte no pudo ejecutarse hasta el de Marzo de 1863 porque la mujer estaba en cinta.
186. Gregorio Vargas, reo prófugo y reincidente; la sentencia se ejecutó en el panteón general de San José, entre once y doce del día de Noviembre, llevando al reo en procesión desde la cárcel pública, con la cabeza rapada, los pies descalzos, vestido con túnica blanca de mangas encar.
nadas, los brazos atados atrás con una cuerda, y al cuello una cadena de hierro, cuyo extremo llevaba el cabo de la escolta; el cadáver permaneció en exhibición, según costumbre hasta después de puesto el sol, habiendo asistido numerosa concurrencia al espectáculo, como lo atestigua la información que se levantó al día siguiente.
1868. Miguel Barrientos, reo de homicidio perpetrado en la persona de Vicente Segura vecinos ambos de San Juan. Barrientos era de treinta años de edad, carnicero, y antes había sido procesado por heridas a Juana Garita y Simplicio Fernández, negando siempre su culpabilidad, como sucede frecuentemente con los verdaderos criminales. La pena capital se ejecutó en el panteón de San José, poco antes de medio día, el 25 de Agosto.
1868. José Chaves, por haber herido en la cabeza Francisco Barboza, de cuyas resultas murió en Guadalupe un mes más tarde. El Doctor don Lorenzo Montúfar, alegó con pruebas, en la defensa del reo, que había habido descuido en la curación de la herida, encomendada un lego en el oficio; con todo, condenaron muerte al delincuente y se ejeeutó la sentencia en el cementerio general de esta ciudad, entre once y doce del día 10 de Setiembre.
Hasta aquí llegan por hoy mis investigaciones sobre los condenados muerte en Costa Rica por delitos comunes. Más tarde completare este estudio, complaciendo así los deseos manifestados por el señor cola borador de Páginas Ilustradas, quien con tanta amabilidad se sirvió interpelarme sobre esta materia importantísima desde el punto de vista penal. ALFARO DESOLACION (Del Inglés)
Cuando en las sombras de tu negro olvido Mi vista pongo con empeño vano. mi espíritu se hunde en el arcano Sin poder descifrar el bien perdido, Ante mí vuelve el tiempo ya lejano Por el encanto del recuerdo traído, En que tus plantas de pasión rendido Era yo de tus gracias soberano.
Hoy que camino hacia la selva oscura Que es del alma la lóbrega espesura En donde el mundo de los sueños rueda.
Hoy que ya mustia la esperanza mía Muere cual flor al declinar del día Tan sólo el canto del dolor me queda! MONJE ROJAS.
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