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rior; tiene un collar color de herrumbre por encima y negro por debajo; estas tintas de herrumbre y negro se mezclan en rayas longitudinales en las plumas del dorso y de las alas. Su tamaño es como de catorce centimetros de largo. Don José Zeledón, dice: se parece mucho al gorrión de Europa en sus costumbres y modo de alimentarse, pero no es gregario como él, ni anida en los aleros de las casas, ni en las casitas que para ese fin se suministran la especie auropea. Vive en parejas y está esparcido en todo el país, pero en ninguna región es tan abundante como en Potrero Cerrado. Busca de preferencia las poblaciones y se muestra muy familiar con la presencia del hombre; no teme entrar a los corredores de las habitaciones en busca de las migas de pan que se le arrojan; anida sobre las bifurcaciones de las ramas de los árboles pequeños arbustos de los solares y huertas. Como su canto es modesto y poco variado, no se acostumbra domesticarlo; no come maíz por ser demasiado pequeño el pájaro para tragarlo entero y por no tener el pico bastante fuerte para romper el grano; pero como suele tronchar, al brotar del suelo, las matas recién germinadas ha sido designado con el nombre que lleva. Cuando uno asciende por las faldas de las montañas que rodean la meseta central encuentra el Comemaiz en todos los poireros y desmontes nuevos: la presencia del viajero abandona por un instante su tenaz investigación en busca de alimentos, se posa sobre un tronco seco, levanta el copetito y da al viento su canto placentero. Durante los meses comprendidos entre Abril y Agosto inclusives, que abrazan la época dedicada a la nidificación, estos pájaros se muestran más comunicativos y vivaces, desplegando un cariño verdadero al construir su vivienda, empollar los huevos iniciar en las penalidades de la vida sus tiernos hijos.
Su nido lo construyen con ramitas secas, hcbras de zacate y otros materiales semejantes, pero en lo interior tienen buen cuidado de proporcionarse un tapiz suave y abrigado, hecho de crines de caballo, de blandas plumas de gallina o de otras aves; la cavidad mide cinco centímetros de diámetro, en el borde, por cuatro de profundidad, poco más; veces se aprovecha de otro nido viejo, abandonado, pero siempre reconstruye el tapiz interior. Los huevecitos son de color verdoso con manchas y puntos de color salmón, esparcidos por toda la superficie, pero con mayor profusión sobre el extremo más ancho del huevo. Sus dimensiones son: 21 por 16 milimetros.
Siguiendo la ley natural de la adaptación al medio ambiente en que se vive, este pajarito comienza ya anidar en San José, en los huecos de los muros de ladrillo, cuatro metros del suelo, prutegiéndose así contra las persecuciones de sus crueles enemigos, los gatos domésticos.
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