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José María Zeledón

Tolstoi JAOQUIN GARAIX Mes Nunca el dolor su corazón abate Ni el cansancio sus ánimos doblega; Altivo luchador, nunca se entrega Rendido sobre el campo del combate.
En tanto que el error muerda y maltrate La humanidad atolondrada y ciega, No ha de cejar en la constante brega El ensueño de paz que en su alma late.
Brillan en torno su cabeza cana Sus ardientes anhelos fugitivos Con el fulgor de la ilusión cristiana, lanza sus acentos persuasivos Buscando entre la alegre fiesta humana La triste procesión de los cautivos!
José Maria Zeledón San José, Abril de 1093, 231