Guardar

Este daño y perjuicio de tantas almas nace de dos principios inaccesi.
bles las cortas y reducidas facultades de un Cura, y son la grande distana cia en que viven, y la suma pobreza y desnudez de esta Provincia. Permita me que le exponga con extención estos dos puntos. La distancia de este Valle y feligresía desde el sitio de Alvirilla hasta la Quebrada honda del Monte del Aguacate, ocupa el espacio de más de diez y seis leguas por largo, y mirando de Oriente Poniente; y por ancho, mirando del Norte al Sur, y hasta la montaña de Pacua, se extiende por ocho leguas.
Desde la falda de la montaña de Quebrada honda se ha ido poco a poco poblando el espacioso Valle, de modo que están derramadas por todo él, todas las almas ocupando cada familia el terreno que necesita para sus ganados, milpas, trapiches de caña dulce y otros frutos de que abunda este Valle, que todos son el nervio para la subsistencia y mantención así de esta Villa como de toda la Provincia.
La precision de cuidar estas haciendas que mantienen tantas familias, les obliga a vivir desterradas dei comercio humano y poco menos que im posibilitadas para frecuentar entre año el pasto espiritual y alimento Divino; pues la distancia en que se hallan no les da tiempo para que lleguen la hora de la Misa.
No les queda el recurso que otros feligreses de poder acudir para lograr de este beneficio otras Iglesias Ermitas pertenecientes a los curatos circunvecinos, porque los contigüos son de la Ciudad de Esparza, el de el pueblo de Nicoya y el de la Villa de Nicaragua. El de Esparza está distante desde la boca y falda de la montaña mas de diez leguas de asperisimo paso en el Monte del Aguacate que es intransitable en el invierno. El de Nicoya es notorio que está distante sesenta leguas de este Valle, y el de Nicaragua ciento y veintidos leguas.
Aumenta el desconsuelo el abandono espiritual en que ha estado por tantos años toda esta costa, Valles, pueblos y haciendas que se hallan en todo el camico real; pues ha tocado y visto que en el espacio que hay desde la Villa de Nicaragua hasta esta Villa Vieja que son ciento veinte y dos leguas, que portales las paga el Rey no se conservaba en Iglesia alguna el Divinísimo Sacramento del Altar para pasto de los fieles y Viático de los moribundos; de modo que en todo este terreno hasta las inmediaciones de esta Villa Vieja es indubitable que habitan mas de treinta mil almas, cuyos antepasados han muerto todos sin el consuelo del Viático y solamente con la Santa Unción que se conservaba en las Iglesias de la Ciude de Esparza, de las Villas de las Canas, Bagaces y Guanacaste; porque la pobreza y desan paro de aquellas Iglesias no daba facultad para conservar permanente el Divinísimo.
Este abandono lo ha causado con el discurso de los años el no haber podido los Ilustrísimos Prelados de León venir personalmente vigilar estas Iglesias. Vino y el primer paso que dio en su Santa Visita fué remediar este desamparo, y dar pronta providencia, para que se conservase permanente el Divinísimo en las Iglesias de las Villas del Guanacaste, Bagaces, Cañas y Ciudad de Esparza, y que por este medio tuviesen aquellas al.
mas este consuelo para vida y muerte.
He manifestado V. los datos y perjuicios que padecen las almas de esta felegresía por razón de la distancia de esta Campana; pero los hace mucho mayores la suma pobreza de toda la Provincia. No se encuentra en este Valle casa ni familia que tenga mantillas para las mujeres, capas para los hombres, ni ropa decente con que cubrir su desnudez, y presentarse con alguna decencia en esta Villa, y en su Iglesia donde concurre el vecindario, porque es público y notorio que ninguna casa y familia de este Valle puede 235

    Notas

    Este documento no posee notas.