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Golondrinas y de las Flores. Así nacerá en este pueblo un sentimiento poético del que hoy carece. alguna vez habrá una mayoría de costarricenses que proteja los árboles, los animales, los paisajes, las flores, que sienta con intensidad admiración y afecto por las bellezas naturales regadas en este país.
Sólo ustedes podrán mañana acabar con el hábito imprudente de muchos campesinos que cada año destruyen una cantidad de bosques y no reponen nada.
Nuevas primaveras de hombres, siempre frescas y encantadoras, pasarán por las aulas de estas Casas. También primaveras nuevas descenderán sobre estos árboles prendiendo en cada rama promesas perfumadas de hojas, flores y frutos. Las nuevas primaveras de estos árboles recibirán lujosamente ataviadas esas primaveras humanas dei porvenir, que desfila.
rán por aquí, siguiendo el camino de ustedes al traves de la fecunda y risueña llanura de la vida de los hombres sin vicios, trabajadores y sanos.
De modo que más tarde cada árbol de los que ustedes plantan hoy, será un símbolo de bondad y trabajo para los niños que vienen. Ellos también, como ustedes, infundirán en su corazón sentimientos poderosos de trabajo y de bondad con las cosas del mundo. Verán en cada árbol de estos el ejemplo decisivo de una juventud, que, al fin, en Costa Rica, no sintió vergüenza de amasar la tierra entre sus dedos, ni de llevar las manos encallecidas por los instrumentos de labranza. Hecha esta siembra de los árboles, prepárense también para hacer más tarde la otra siembra de ideas y sentimientos buenos en la sociedad en gue vivan. Según la cantidad de valor y sinceridad que tengan en el pecho para ver las cosas y para hacerlas, así será la cantidad de tropiezos que hallarán en la jornada para seguir adelante. Más de una vez la tormenta los sorprenderá en mitad de la llanura, campo raso. Entonces no olviden a los amigos que las manos de ustedes plantaron al abrigo de estas Casas. Ellos destacarán en el horizonte su cúpula de verdura, ellos les ofrecerá una sombra desinteresada y alegre mientras pasa la tempestad. Vengar buscarlos, cuando menos hallarán sus pies una fuente silenciosa de recuerdos que fortalecen y redimen.
Cuando el sol de la fatiga caiga despiadadamente sobre sus espaldas, vengan a este bosque de freseura y libertad plantado por ustedes. Aquí nos hallarán mañana, como hoy, confundidos siempre en las mismas aspiraciones, preparando esos otros bosques de hombres futuros, que han de ser el tesoro más valioso de la República.
JOAQUÍN GARCÍA MONJE. Sé virtuoso por tu propio interés aun cuando nadie lo sepa, como serías aseado por conveniencia propia aun cuando nadie te viese. Paseando un día por la calle el Presidente Jefferson con un comerciante, contesto con aire de bondad al saludo de un negro que pasaba. Por qué le preguntó el comerciante, se presta saludar un esclavo? Sentiría, mucho, contestó el Presidente, que un esclavo me excediese en urbanidad.
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