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José María Zeledón

que lleva da de su cola y la facilidad con que se desliza por entre las ramazones, le dan cierta semejanza con las ardillas, por lo cual es conocido con el nombre De la familia de los cuculidos es el Piaya cayana mehleri la especie más conocida por nuestra gente después del tijo tijo. Largo, de cuarenta centímetros, tiene un pico afilado y resistente; la garganta y parte supe.
rior del cuerpo es de color chocolate, más intenso sobre las alas y plumas de la cola; por debajo es gris ceniciento en el pecho, color que va oscureciéndose en el abdomen hasta adquirir un tinte negro por debajo de la cola, cuyas plumas son escalonadas en tamaño, encorbadas hacia abajo y terminadas en puntas blancas. a curbatura especial de la cola y de las alas hace que este pájaro ascienda por las ramas de los árboles deslizándose saltitos; y para trasladarse de un Ingar otro, algo distante, vuela con las alas tendidas manera de paracaidas, y así se comunica de los árboles más altos con direceión los más bajos, formando si vuelo la línea de um plano inelinado.
Algunos lo conocen con el nomivre de bobo colorado, por su carácter apasible, semejante al de los Momotus.
Tiene un grito agudo y penetrante que lo denuncia donde quiera. Para anidar elige un lugar oculto, de dos tres metros de altura, y allí con hojas medio podridas construye su nido, de manera que al colectarlo se deshace con la mayor facilidad, por su poco cuidadosa estructura. Dos huevos de este pájaro recogidos en Alajuela, el 28 de Mayo de 1888, eran de color blanco opaco, sin manchas ni puntus; de forma elíptico ovalada. Median, el uno 35 milímetros de largo por 24 de grueso, y el otro 33 por 24.
Dos Viejos Leones Por acá el monte erguido, la cabeza Cubierta por la nieve que perdura En esa abandonada, triste altura De la dormida y plástica grandeza. allá el liero volcán, su gentileza Odio y terror infunde la llanura; Kuge en el seno de su entraña oseura El vigor de su indómita fiereza.
Uno es místico ensueño de poetas, El otro, de la tarde los reflejos, Luce la majestad de los atletas. en el vasto horizonte, allá lo lejos, Miramos destacarse las siluetas De esos enormes y contrarios viejos.
JOSÉ MARÍA ZELEDON. con Tolstoi y Lutin Xiu.
Enero de 1902 282