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Licdo. José Rodríguez También el señor Rodríguez tiene sentado su nombre en Costa Rica de jurisconsulto de primera talla. Bastante joven pasó Guatemala y allí obtuvo el título de abogado.
Hijo de padres costarricenses y nacido en esta tierra, desde muy joven se dedicó la carrera de las leyes, en la cual se ha distinguido por su saber y talento nada comunes.
Ha sido Presidente de la Corte Suprema de Justicia: Diputado la Asamblea Na Fot Paynter cional, durante la administración del General Guardia: Secretario de Estado en el Despacho de Relaciones Exteriores, y el año 1889 electo por mayoría de votos. Presidente de la República, alto puesto que desempeño desde 1890 1894.
En la actualidad vive el señor Rodríguez retirado de la política.
Lengua patria. su importancia La Gramática, sabiamente comprendida en la Logogenia del inmenso dominio de las ciencias abstractas no puede verse con indiferencia en las sociedades cultas.
Ha venido siendo por desgracia un asunto de poca importancia en los establecimientos de educación, el de los estudios referidos la lengua patria, hasta el punto de creer talvez que las reglas en nada influyen para el buen uso de las palabras.
Entre los jóvenes que más han pensado sobre esos estudios, ha habido quienes, haciendo alarde de una vasta concepción, han dicho: sujetar el pensamiento a las reglas de la Gramática, es encerrar la inteligencia en un círculo de hierro; meteria dentro de una atmósfera medioeval.
Eso dicen más acentuadamente cuando quieren una excusa para su afán de emplear términos y giros que la Gramática desecha por innecesarios impertinentes. La facultad de expresar las ideas dicen debe ser tan libre como el pensamiento: es decir, tan libre como para representar las ideas con las palabras que a cada uno se le ocurra formar, y así se enriquece el idioma; y haciendo alarde de haber inventado una voz nueva escriben ya atardece otras cosas de ese jaez. No quieren entender que la libertad absoluta en el idioma es una contradicción, como lo es incuestionablemente la existencia del arte sin sujeción las reglas. Esos oradores del verbo atardecer 10 tardarán mucho en decirnos que amañanece. Barbarismo es éste como aquél y como lo son debutar, distanciar, ete, 311

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