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En el arroyo (FARÁ FRASIS)
De u rostro hermoso en el que llamaban la atención sus ojos oscuros, grandes y vivos, sus cejas espesas, salidas y bien arqueadas; su tinte mate y su nariz aquilina; un niño contemplaba con tristeza los juguetes que, en la ventana de una lujosa tienda, se hallaban expuestos.
Era el hijo desgraciado de unos amores ilícitos entre una señorita de posición y un acaudalado comerciante.
Ella, la madre, lo había abandonado al cariño de una criada por temor a las exigencias sociales. Por vanas pretensiones y deseando ostentar virtud ante sus relacionados, aquella mujer había despreciado el mas puro de los afectos.
El, un extranjero que había sido aceptado en los mejores círculos sociales sin saber nada de sus antecentes, no tenía conocimiento de la existencia de aquel fruto de sus amores pues, en cuanto logró marchitar la flor de inocencia de su prometida, se ausentó del país obligado por la impaciencia de muchos de sus acreedores.
El niño había sido entregado al nacer a una criada quien no tuvo para el los cuidados necesarios, su educación fue abandonada por completo y el muchacho varias veces fue testigo de las escenas en que la sirvienta olvi.
daba su dignidad para ganar el pan de cada día. Además, había tenido la indiscreción de decir a aquel inocente cual era el nombre de su madre verdadera y el misterio que envolvía su nacimiento.
Desde ese dia, el niño soñaba siempre, tenía esos sueños tristes de las inocencias que no han conocido a sus padres, que no han recibido caricias, que sufren hambre, 370 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregon Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica

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