No era un brazo amoroso el que se alargaba para estrecharlo con cariño sino qne se le extendía una limosna, el precio talvez de aquella abnegación.
Recibió la moneda, se quedó contemplándola con tristeza y al oir, pocos momentos despnás, el rodar del coche que se alejaba, levantó al cielo los ojos suplicantes; arrojó la moneda contra el suelo; rompió a llorar y tuvo hambre aquella noche.
Jose FABIO GARNIER Los Gatos Viejos (DE ROLLINAT. Cuántos gatos hay maullando, Se corsa su puchero las rodillas extrañando con sabrusy hervir ligero, que les daban lecho blando. que andar en el granero. aquellas largas veladas, Mas llegó la suerte aviesa, cuando eran acariciadas y la dama y la duquesa sus orejitas delgadas los protriben de su mesa.
Por las manos temblorosas, Ved bohemios: a menudo frías, secas y huesosas, en la viche, cuando rudo de las viejas cariñosas sopla e siento, belado y crudo, Que, sentadas junto al fuego, pensando en el palaciego, Se rufsgian, bajo leve cobertins de la nieve. su primer desasociegoó del aysa, cuando llueve.
Prosegían sus labores, y evocaban los amores Sombras éticas, gritando de dulces tiempos mejores. eruzas lasebres herrando, de hambre y frío tiritando, Entonces, los adorados, con los lomos enarcados, es tinieblas glaciales hacían de enamorados: perfilas ka animales En actitudes beatas, sus comnar vertebrales.
se lustraban con las patas Mas con una criada pensando en bonitas gatas; que in lativada, debajo de las sillas, con la sta bien colmada, como esfínges en cuclillas, Siers agría loca olvidaban sus rencillas, que es félica boca, en hondas meditaciones, saboremas provoca, rehilando sus ronrones daban tregua los ratones.
Yosent, lamentando su antgass manjar tan blando. Comer ratas. fuf. Tenían el los mars, manllando!
leche, pan, cuanto querían en el ocio en que vivían.
Bas BIXO DÁVALOS 372 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Llano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica