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Un clavel.
Para Páginas lustradas Reposaba feliz en el centro del pecho alabastrino de una virginal mujer.
En sus vivos colores escarlatas y en su frescura y lozanía, revelábase su inmensa ventura y su gloria suprema. Yo lo veía con celos, con franca inmoderada envidia. él, satisfecho, altivo hasta ser desdeñoso, afectando un tono de legítima majestad y de modo que nadie alcanzase oírlo, parecía decirme: por qué esa visible inquietud de tus sentidos y de tu alma? La mía es más delicada que todas las demás, es la preferida de las mujeres, y constituye el encanto de los corazones enamorados. Está hecha del color y del aroma, elementos de la más selecta pureza y de irresistible fuerza seductora; lo cual me prueba que el alma del hombre es de inferior categoría, porque carece de matiees y de fragancia. Las mujeres favorecen siempre la mía con sus cuidados solícitos, con sus ternuras y mimos. Qué somos, pues, los claveles sino los soberanos de las flores y el símbolo más dulce y elevado de los sentimientos que la mujer posee y de las verdaderas inclinaciones de su alma de luz y de bondad? Yo, al meFor Ruda Finca Río Hondo. Linea Vieja nos, soy dichoso aqui en este mi palpitante aleázar, en el que no sólo no puedes dejar de verme, sino que tienes que admirarme, ambicionando mi snerte y mi raro poderío. Los latidos del corazón de mi bella señorita, deidad de las aguas y de las selvas, avivan mi colorido de grana y esparcen, soltándolas de su primoroso broche, mis esencias gratisimas, y disponen mis encarnados pétalos y mis hojas verdes como el mar, en formas que cautivan y aerisolan la exuberante fantasia de los hombres. Lisonjéame, goza en mis singulares y mágicas virtudes, las del espíritu de la que es mi dueño; y procura asemejarte por el despejo y flexibilidad de tu genio, mis colores; y por la calidad exquisita de tus sentimientos, mis perfumes; y por la delicadeza de tu estilo y de tus maneras, la suavísima y regular contextura de mis pétalos y de mis hojas; y así podrás ser el ideal acariciado de las divinas flores del verjel humano.
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