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Fragmentos Como el muro sombrío de una iglesia Está mi corazón: Dentro de él, como brilla en los altares La lámpara de Dios, Brilla perenne, silenciosa y pura La llama de tu amor.
Estaba yo en el campo, y de uñas palmas No muy lejos de mi, Juntas y unidas remontar su vnelo dos palomas vi.
Cuando los dos muramos, nuestras almas, Juntas y unidas, volarán al cielo, Dije, pensando en mi dolor y en ti.
Tengo bajo mis párpados un río, es tu mirada el poderoso dique Que detiene su curso, dueño mío.
Cuando el dolor sus dardos multiplique no te mire más. como torrentes, Al recordar tu amor, tu fe sencilla, Mis lágrimas ardientes, Rodarán abrasando mi mejilla.
Cada vez que de Mérida me acuerdo, Siento que se me oprime el corazón, Que se desborda en mi alma La fuente del dolor; necesito verte. mucho, mucho. Mirar tus ojos, escuchar tu voz, Beber en tus pupilas La llama del amor, Para olvidar un punto aquella tierra, Aquel hogar donde la luz del sol Con ardoroso rayo Mi cuna iluminó; Aquella catedral augusta y santa, En donde, en un rincón, Están los restos de mis nobles padres ¡Y con mis padres, Dios!
JOSÉ PEÓN CONTRERAS 392

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