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Cuide usted mucho Berengena. la dice el profesor. Es necesario que no tome agua fria, ni que coma mucha grasa en las comidas, ni mucho café en las mañanas, y, sobre todo, que a menudo haya gárgaras de clorato de potasa. La voz de Berengena es tan fina y delicada que con cualquier desenido se pone afónica. Ah! no se olvide usted de mi primera advertencia: cuidado la deja usted quitarse la camiseta de flanela! Eso constituye el mejor preservativo contra la afonía.
La otra vecinita, según dice su mamá, no ha podido entrar todavía mayores conocimientos por su notoria timidez, al extremo de que delante de su profesor, en el momento de la lección, da el si con miedo y las demás notas se le enredan de tal modo en la garganta que un día de estos por poco se ahoga.
La tercera, que es la más adelantada, posee una voz de gato, tan aguda y penetrante que ni su mamá la soporta; pero le han dicho ésta que la moda, el buen tono y qué se yo cuanias otras prescripciones sociales exigen de una señorita estudios de esa naturaleza, que la buena de la señora no ha tenido más remedio que lanzar a su hija por ese camino.
ten Liceo de Costa Rica. Fiesta de los Arboles Fot, Ruda naturalmente, los demás vecinos que no nos metemos en esas honduras, pasamos las del diablo con esas tres señoritas.
Una noche de estas quiso la casualidad que tan divino terceto estuviera al unísono haciendo sus estudios de canto y era tal el barullo que armaban que todo el mundo que por allí pasaba nos preguntaba los vecinos:Ha muerto alguien por aquí? no llegaron hasta allí las cosas: uno de tan.
tos transeuntes, bastante impresionable y hombre de gran corazón, al oír ta.
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