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Fantasmas ynial amor de nuestros dulces besos Alzar intenta la pesada losa. Sisterio. Beijiste conmovida te abandonanda si nefro eterne suelen volver los muertos ir vidin en las calladas noches. tel Invierno; Que si sufren, con ez aterradom, demandan de los vivos las plegarias, y solo a los rellejos de la aurorn retornan sus tumbas silitarias; si es cierto, y el viniera y profanado hallara el lecho que dejó vacto, que dijera si at vornos, indignado, pidiese cuenta del perjurio mio!
De como pude yo, falaz y artera, delu mor los lazos el almon, que era siya, ballar pudiern, si me entregaba en tus amantes razas.
Senti gitarse tu ardoroso pecho, olvidamos el triste camposanto.
y unidos en la sombra, en lazo estrecho, busque tus labios y enjugué tu llanto, Hoy mi huésped constante es el hastio, y hay en mi corazón tanta tristeza, que inte enfermo y desolado y frio sin que halla eneanecido ini cabeza Ni esperanzas abriga en lo futuro, ni lengañoso del pasado anhela: la nieve de un invierno prematuro, más que la escarche de la edad, nos hiela Solo en troches de insomnio, entre la sombra donule la vista fatigado pierdo, se levanta un fantasma que le nombra: fantasma de tu amor es su recuerdo.
Por eso tengo, de lit estancia obscura, hondo terror que dominar no medo.
No me dejes, is trots at the fulgura aproximate mais que tengo miedo.
Mira: con clar luz luz importuna slumbra el cementerio de la aldea, impasible y fittdien, la lun.
Turbise mi alma in razon flaten orque al mirar el blanco campanario entre la sombra e properts el huerto e parece que ele en el stadario, se alza turribentennade muerto de sus pasos ingene el ruido el murmullo del viento entre las hojas. como tantu te iero, me he reido te dije. de esas futiles congojas.
Los muertos nunca vuelven a la tierra: doja temores locos preriles, olvida in pntain que le aterra, digna sulo de cuentos infantiles.
No es un fantasma de pasados bienes, de blanca veste y fulgurantes gains, e de frescura mis marchitas sienes con el contacto de sus niveas alas: Mas que la sombra, es negro su ropaje: es su beso morbos, ascua que quema; siis labras de amor son un ultraje, y su presencia sola, in anatema.
Cierro los ojos, chrome la frente: mas el lleva sus labios mi odio, me culpa de abrirte la pendiente del abistao sin fondo en que has caido.
Me cuenta ti abandono, tus desvelos, tus torpes dichas de mujer manchada. hasta que luce el sol sobre los cielos, 110 abandona el espectro mi inorada.
y ya comprende el alma conmovida, cuando la hiere el torcedor interno, como hay muertos que vuelven a la vida en las calladas noches del Invierno.
Stastniem rossan en la tua presos ni los siente, ni el par le scosa FRANCISCO DE ICAZA 406
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