guardia personal al Czar. Es un regimiento montado de 600 plazas, compuests to exclusivamente de circasianos de sangre noble; y no hay circasiano joven de elevada cana que no cifre toda su ambición en ingresar en aquel cuerpo.
El uniforme es easi de Edad Media. Los soldados llevan cota de ma!
lla y gorguera. El capote es azul con forros encarnados. El armamento es tan curioso como el uniforme; de él forman parte arcos y flechas; estas úl.
timas en carcajes de plata; pistolas de chispa con incrustaciones de plata y platino, y curvos yataganes. No llevan espuelas, sino que en vez de éstas usan el terrible látigo cosaco de acero y correa.
En las maniobras militares toman veces parte hasta 15. 000 hombres, y son una imágen muy realista de la guerra verdadera. Se figuran las mayores dificultades. Se transportan cañones de sitio al través de ríos de veloz corriente se los arrastra por pasos montañosos, haciendo los soldados veces de caballerías.
El servicio de globos militares quizas sea el mejor del mundo, y constituye un departamento especial del ejército. Correos montados en automóviles y en bicicletas compiten con los que van a caballo. Perros amaestrados colaboran eficazmente en las avanzadas para el servicio de escuchas y de reconocimientos, así como en las ambulancias. cada regimiento de infantería está agregado un destacamento de 64 hombres montados, todos ellos ginetes admirables que montan y desmontan con la velocidad de un rayo, que saben quedarse enganchados por un pie la silla y ocultarse detrás de ésta para hacer fuego sin detenerse en su galope, y que en las retiradas montan con la cara vuelta hacia la cola del caballo para poder seguir haciendo fuego contra el enemigo.
Los cosacos que forman la mayor parte de las fuerzas de esta caballería auxiliar del ejército, son girctes que no tienen rival ni aun entre los afa.
mados cowvoys del Far West de América, Se crían caballo, rivalizando unos con otros desde niños para ver quien ejecuta con más rapidez y más seguridad los ejercicios hipicos más arriesgados. En los regimientos tcherkoses, por ejemplo, una de las diversiones favoritas es encender grandes hogueras y saltarlas caballo cuando las llamas están más altas. Dos ginetes puestos de acuerdo se lanzan galope tendido y recogen del suelo un herido y se lo llevan sin disminuir la velocidad de su marcha. De igual mo.
do corren a caballo en posturas tan inverosímiles que no se ven ni en los cireos ecuestres.
Ha dicho hace poco con mucha exactitud una revista alemana (poco simpática, per lo tanto Rusia) que el soldado de caballería ruso se transforma cuando quiere en infante en artillero; es también telegrafista y presta grandes servicios por las señales ópticas, y está enseñado para pontonero de primer orien improvisa un puente de odres, que infla cuando hace falta y con escalas, lanza cuanto encuentra mano. En cada escuadrón y en cada regimiento hay un grupo de especialistas que llegado el momento, se separan de las filas, y adelantándose al regimiento forma un pelotón encargado de dirigir los trabajos de destrucción, de reconstrucción y de comunicación.
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