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La rosa que se muere (IMITACIÓN)
En el pequeño vaso de cristal, languidece in rosa, la altina rosa de la estación.
Flor al fin, debía concluir por marchitarse. Vivió feliz algunas horas. y con su fragancia trajo a la memoria del poeta soñador el aroma de la ilusión, perdida allá en la lejanía de la juventud pasada.
Rosa moribunda, tú no sabías que eran vanas y mentidas la pompa y la galanura de tus hojas, aunque exhalaran fragancia, y que bien pronto morirías para no renacer jamás.
Pobre poeta que creyó en la duración de tu existencia. Poco a poco comenzaste languidecer, muy pesar suyo, sin que el rocío de sus cantos, ni las lágrimas de su corazón lograsen mantenerte la frescura de la vida, que se escapaba en cada efluvio oloroso de tus pétalos. Lánguidamente te inclinas, y te desbaces en lluvia de pétalos marchitos Fuiste flor de primavera y alora eres despojo del invierno.
Embalsamaste un corazón, y ahora lo llenas de tristeza y de olor tumba. no tienes la culpa: las flores, como las mujeres, son germen de vida y de muerte, y símbolo del amor immer inconstante y pasajero.
El poeta amante de las flores con alma, llora tu muerte. no cree en que tú resucitarás en la nueva estación para darle nuevas ilusiones. Por más que te acaricia con suavidad y ternura. tus pétalos permanecen xertos. Pasó sobre tí otro amor, que fue el de la muerte, el más poderoso de todos los amores. tú te estremeciste gozosa ai sentir sus besos, porque ese era tu destino. morir entre caricias, así como entre caricias viviste.
Lo ves. Ya te deshaces sobre el vaso en que ayer te erguías airorosa. De amor has muerto. Amaste mucho. Cumpliste tu destino. Sopla el viento y te arrastra en su torbellino de polvo y de hojas secas del bosque. el poeta soñador y desengañado, te ve partir lejos, muy lejos; con los ojos nublados por muchas lágrimas.
Es el destino de los poetas llorar: así como el de las flores, exhalar Su fragancia y morir.
ΑΝΟΝΙΜΟ 431

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