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dos del célebre soldado y simpático escritor que se refiere esta nota, y de los cuales no se tenía noticia, y son: don Felipe Díaz del Castillo y don Alonso del Castillo y Guzmán, quienes según un manuscrito existente en la Biblioteca Bodleiana de Oxford (Cod Rawl. 58. eran empleados de importancia en la Provincia de Nicaragua, fines del siglo XVII.
Actualmente la descendencia de Bernal Díaz del Castillo está representada principalmente por los miembros de la familia Batres Castillo de Guatemala, compuesta del ilustrado escritor y notable jurisconsulto Lic. Antonio Batres Jáuregui, de sus tres respetabilísimas hermanas (una de las euales, la señora doña Carlota de Agacio, reside en esta capital) y de sus respectivos descendientes.
Billa hablando de Bernal Díaz del Castillo, dice: el verdadero apellido de este apreciable historiador era Diez del Castillo, según se ve por su firma, en documentos que se conservan en los archivos de Guatemala.
El argumento es decisivo, pues, como dice Gioberti en su Introduzione allo studio della filostfia, con referencia al apellido del apóstol de la Harmonia praestavilita: Scribo Leibniz (e non Leibnitz, come oggi si usa dai più. perchè, se ben mi ricordo, tal l ortografia usata da quel valentuomo, il quale probabile che sapesse serivere il propio nome.
El profesor Valentini refiere, en el ya citado artículo, que la señora doña María Josefa Díez del Castillo Batres le dijo: que solamente por ignorancia los autores habían corrompido el nombre de su familia en Diaz, siendo el nombre genuino Diez del Castillo, esto es los Diez del Castillo.
Yo creo que todo depende de que el padre de nuestro cronista se apellidaba Diaz y la madre Diez, por lo cual es muy probable que el público lo designara con el primero de esos apellidos, sin perjuicio de que él usara el segundo, que casi suena lo mismo que el otro.
Por aquel entonces el uso de los apellidos era casi caprichoso en España como extensamente lo demuestran los señores don José Godoy Alcántara (3) y don Angel de los Ríos y Ríos. en su respectiva obra sobre los apellidos castellanos.
Alonso Díaz de Montalvo, oráculo del Derecho en su tiempo, estando para morir repartió sus apellidos entre sus hijos, al igual que sus bienes.
En el drama de Vélez de Guevara Si el caballo vos han muerto, uno de los interlocutores dice: Diagote Melendo soy, Fijo de Ximen Velázquez; y en el Quijote, en el cuento de Sentaos, Majadranzas, que adonde quiera que yo me siente será vuestra cabecera. dice Sancho: Casó con doña Mencia de Quiñonez, que fué hija de don Alonso Marañón, caballero del hábito de Santiago, que se ahogo en la Herradura.
Hermanos legítimos, de padre y madre, eran don Alonso de Aguilar wel Gran Capitán Gonzálo Fernández de Córdoba, según explica Quintana en sus vidas de españoles célebres. París, 1827. Nada tiene, pues, de extraño que nuestro héroe haya firmado Ber.
nal Diez del Castillo, siendo Diaz su legitimo apellido.
650 Fto histórico, etimológico, filologico, sobre los apellidos castellanos, Madrid, 1571 Elistyo historico etimologico blugice, sobre apellidos castellanos lesde el siglo hasta mestr edud, Madrid, 1870.
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