Guardar

El ataque viva fuerza contra Port Arthur Derde que fué conocido el resultado de la batalla de Kin chew, se viene hablando de la probable caída de Port Arthur. Todos los cronistas y críticos militares, con rarísimas excepciones, consideran segura la toma de la plaza, en cuanto los japoneses verifiquen contra ella un ataque viva fuerza, de modo que se apoderarán del llamado Sebastopol del extremo Oriente, en el punto y hora en que se lo propongan. No ya el ataque regular, sino el combate preparatorio de la artillería, se considera generalmente que serán inútiles; y hasta se han llegado a relatar los incidentes de un supuesto consejo de guerra celebrado en Tokio, en el cual el Mikado había desistido de conquislar Port Arthur, porque ello imponía el sacrificio de cinco mil vidas.
El ataque viva fuerza es el más expedito y a menudo el menos sangriento, pero no se puede emplear siempre, porque su éxito depende, más que del atacante, del defensor. Tropas desmoralizadas por derrotas anteriores, de poca cohesión impresionables, defienden mal una fortaleza. En la guerra franco alemana se dió repetidas veces el caso de rendirse una plaza, bien abastecida y con buenos elementos de defensa, ante la intimación de un bombardeo hecha por fuerzas insignificantes. Pero también se dió el caso de otra plaza, Belfort, que se sostuvos meses y meses ante tropas muy superio res en numero y provistas loma formidable artillería, sin que el ánimo del defensor decayera; y si sobre Belfort y su cormirea flota aun el pabellón francés, débese exclusivamente a la heróien resistencia apuesta por sus defensores, su cabeza el insigue coronel Denfer.
Sin conocer la situación moral y material de las tropas del general Stössel, 110 S: puede deducir si el ataque rivn fuerza contra Port Arthur dará no buen resultado. La linea de fortificaciones exteriores es demasiada extensa cerea de veinte kilómetros y Ins fuertes que lit componen son obras de campaña de posición, que no cuentan con los medios de protección y de resistencia pasiva que proporciona la fortificación permanente.
Dados los antecedentes que suministra la presente guerra, es de suponer que los japoneses no vacilarán en dar el asalto esa linen exterior, aunque separue van sufrir enormes bajas porque el general Stössel podrá enviar refuerzos los puntos amenazados y el grande nlenmee de los cañones de plazn permitirá que cooporen la defensa los fuertes Interales. No obstanto, si el sitiador cuenta con tropas suficientes y se empeña en romper la linea exterior, creemos que conseguirá este objetivo.
Quedará entonces reducida la defensa los fuertes marítimos, y los de tierra inmediatos Port Arthur: y contra ellos ya no valen asaltos, ni el valor personal, ni la energía del atacante. Se impondrá primero el ataque por la artilleria, operación lenta y bastante difíeil; y sólo después de apagados los fucros de los fuertes y quebrantados éstos, podrá acudirse las aco.
metidas viva fuerza. Mas, así como cabe una resistencia tenaz y empeñada en este último periodo, también podría suceder que se desmoralizase el sitiado y se rindiese la primera demostración seria que ejecutara el atacante.
De todos modos, y pesar de la debilidad de la línea defensiva en los sectores y no es una operación tan fácil y hacedera como nos la pintan, la toma de Port Arthur. Cuando se reflexiona que en la batalla de Kin chew, 450

    France
    Notas

    Este documento no posee notas.