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Sl Cadejos Para Priya Turns Es tarde Señor, y debemos pasar el Bajo de los Piuses antes que anochezea, mire que el cadejos sale más arribita del puente y yo le tengo miedo ese alimal. Así me hablaba el guía, un concho fornido y vivaracho que me acompañaba en mis exeursiones. has visto al tal cadejos. le pregunté Ah Señor. no me lo miente siquiera. Dos patatuses me han dado. el primero fue trepando la cuesta de Peoresnada; venía yo como eso de las once de la noche, y oigo un ruído así, como quebrando palos secos, me pongo ispiar y como hacía luna voy viendo la alimaña, Señor! Así como un perro, con la cola lanuda, y le sonaban los cascos como cuando tocan la puerta. yo arranqué juir, y ni por el dianchi volví ispiar, pero al llegar a la tranca del dijunto Raimundo (haciendo un movimiento con la mano) tas! derechito al suelo y cai trabao; trabajo les costó volveme. Otra vez, venía yo de dejar unos joscos, como a la media pa las siete, entre oseuro y claro y al salir a la tranca del cafetal me se atraviesa el maldito eadejos. Saqué la cutacha, pero el alimal se encajó en una madre de itavo y dice ispiame y yo querer cortalo; en una de tantas, me se escabulló y apenas dejó el olor azufre. tiene olor de azufre. Sí señor, si es alimal del infierno y persigue el maldito, cuantimús si uno no lleva la contra. cuál es la contra del cadejos? Pues es una yerba que vende una mujer de Rabo de Mico en Escasú. es que dicen que el cadejos con esa contra, se enrosca todito y no hace daño.
Que le cuente un mentao Damián, que vive por la panadería del Gallito, en la Ciudá, lo que le pasó con el cadejos, bajando la cuesta del escobal.
pero, descansemos aquí en la vivienda de mano Candelario, yo soy conocido y aviaos que nos den café.
Una casa con techo de teja de barro ennegrecida por el tiempo. La sala, una sala dormitorio, dos camas ordinarias de madera y una tijereta con un petate. En el fondo una mesa y sobre ella un camarin de lata con un San Jerónimo dentro; cada lado una botella, manera de floreros con pastoras y tuete; en la pared dos santos en mareos de lata y prendidos con espinas de tuna, pedazos de la Gaceta con hojas del Almanaque de Bristol.
Hacia la derecha una puerta que comunica la cocina, una cocina baja con paredes de caña brava; un lado el molendero, una tabla gruesa de ce dro sostenida en cuatro estacones; el fogón con los tinamastes y un horno.
En el molendero los platos puestos en fila, escudillas y dos tazas grandes pintadas de amarillo y rojo; en la pared varias estacas donde se ven las jicaras, y en un hueco la tabla con el raspa dulce que fué cruceta en su tiempo. Sobre el fogón, ei tabanco con leña de poró y quisarrá y un calabazo suspendido por una coyunda ennegrecida por el humo.
Dos chiquillos sentados en un banco de tres putas toman la bebida, agua de dulee caliente con plátanos asados. Una mujer vieja y sin dientes empeñada en soplar el fuego y la leña empeñada en no arder.
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