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Alabao sea Dios! mano Candelario dice mi guía llegando a la puerta de la casa. Pasen palante y toman descanso, contestan desde adentro, y sale la puerta un hombre delgado, tomado de reumáticos, medio doblado y con un pañuelo amarillo en la cabeza. Deonde vienen. Pues acompañando este Señor contesta mi guia que juimos a hacer una especulación por el monte. Mire allá y anda con máquina de sacar vistas y juminante, preste y le pongo eso aquí junto al camarin. Siéntensen manque sea en la cama. Miquela. trete un tisón paqui humen estos Señores, húmense este purito. Fot. Tristan TIPOS NACIONALES Hablamos del tiempo que estaba muy malo, del frijolar comido de joboto y qué se yo! Mi guía se engolfó en una larga historia de una vaca chontaleña, cuando de repente oímos gritos que se acercaban a la casa y una muehacha entra la salut y se sube a una de las camas gritando y pidiendo auxilio.
Tata! tita! el cadejos. lo acabo dispiar. Pero ques hija! dice Miquela, saliendo de la cocina. Mama, mımı el cadejos me salió, vayan velo junto al cansstu de maíz.
Nor Candelario y mi guía no se atreven salir; no vaya Don José, me decían, mire que lo apercolla el cadejos y aunque lo tire no le entra bala.
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