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Snob Club Eran casi todos ellos de malos instintos y de aviesa intención. Sentían la necesidad de hablar malunos de otros, de injuriarse, de perjudicarse con sus maquinaciones y sus perfidias, apesar de que en público. se deshacían en elogios mutuos. Tenían, como las mujeres, el afán de complicar la vida con miserias y pequeñeces, la necesidad de vivir y desenvolverse en un ambiente de murmuraciones y de intrigas.
Manuel creyó comprender que a su amigo le molestaba verle tan metido en aquella vida de difamación y para congraciarse con él, una mañana le acompañó hasta la casa en donde daba su lección de inglés. Le contó por el camino que había hecho una porción de gestiones infructuosas para buscar trabajo y le preguntó qué marcha debía seguir en adelante. Ya te he dicho varias veces lo que debes hacer le conestó su ami go buscar, buscar y buscar. Litego trabajar hasta echar el alma por la boca. Pero si no tengo en donde!
Siempre hay donde trabajar si se quiere. Pero hay que querer. Saber desear con fuerza es lo primero que se debe aprender. Tú me dirás que no deseas más que vegretar de cualquier modo; pues ni eso conseguirás, y si te reunes con los que vienen auí todas las noches, además de vago terminarás por perder la vergüenza. Pero ellos. Ellos, yo no sé si han hecho no indignidades, como comprenderás, eso mi no me va ni me viene; pero cuando un hombre no puede tomar nada en serio, cuando no tiene voluntad, ni corazón, ni sentimientos altos, ni idea de justicia ni de equidad, es capaz de todo. Si esta gente tuviera un talento excepcional, podrían ser útiles y hacer su carrera, pero no lo tienen; en cambio han perdido las nociones morales del burgues, los únicos puntales que sostienen la vida del hombre vulgar. Viven como hombres que poseyeran de los genios sus enfermedades y sus vicios, pero no su talento ni su corazón; vegetan en una atmósfera de pequeñas intrigas y de torpes mezquindades. Son incapaces de realizar una cosa. Quizá haya algo genial, yo no digo que no, en sus artículos y en sus trabajos; pero eso no basta, hay que ejecutar lo que se ha pensado, lo que se ha sentido, y para eso se necesita el trabajo diario, constante: ellos no hacen más que hablar y hablar.
Ya te lo digo, muévete; ahora la actividad para tí es un esfuerzo; haz algo; repite lo que hagas, liasta que la actividad sea para tí una costumbre.
PLO BAROJA De Jota Hicrbe)
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    Bourgeoisie
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