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La tierra no gira sobre sí misma art du Con motisesle fit reinstalación del pendulo de Foucault en el Panteón de Paris. Cumil Flammarión pronunció un discurso en el cual declaraba que el movimiento del plano de oscilación del pendulo es una prueba incontestable de la notición de la tierra. Varios sabios han publicado estudios al respecto en los cuales demuestran con claridad que la prueba del pendule she Foucault no dice nada sobre la rotación terrestre. Entre ellos Flamacie que publicó un interesante artículo titulado. Sobre el calor de mustration de Podulo de Forcall. Boletin de la Sociedad Belga de Astronenía muimero de julio y agosto de 1903) y Ernesto Pasquier que dió a la Revista de la Universidad de Bruselas, en los números de marzo y abril de 1941 largo tratoujo con el títuli sugestivo de Dat mueltas la tierra. en donde refuta las observaciones presentadas favor de la prueba del péndulo de Foucault por Lucien Anspach en la revista citada.
Come la discusión suscitada es de un gran interés para todos los que sienten aición a la cosmografía y las matemáticas, me parece conseniente resumir las argumentaciones de Pasquier, el notable profesor de la Universidad de Laina. En su artículo de abril. dice. Si se analizan los discursos promunciados con motivo de la reinstalación del pendulo, se re que lkty dos razones expuestas en favor del llamado movimiento de rotación de la tierra: la un es una razón de conveniencia, según la cual parece muy sencillo explicar el movimiento diurno del cielo estrellado, precisamente por medio del movimiento de rotación de la tierra sobre si misma: la otra está fundada en un sediciente principio de mecánica en virtud del cual di planete usiluciiin ilei penitulo debe ser incuriable Como pruelas en favor de esa rotación nuestros profesores de Geo grafía nos presentan las siguientes: Si fueru laststrellas las que dieran vuelta y no la tierra, la velocidad a que se lerian obligadas deslizarse por el firmamente sería inconmensurable. Ista prueb: kes más que una razón de conveniencia como Ikuma Pasquier ii todas aquellas que evitan explicaciones dificultosas. Ispacli dice, este respecto que en el espacio esa velocidad enorme es imposible. no es pues, la razón de conveniencia sino una razón científica fundada en datos incontestables de la mecánica y de la astronomía. Anspach agrega que para que la rotación de las estrellas sea una realidad seriu necesitrio que la tierra fuera un centro de atracción o al meles que el eje de la tierra, prolongado indetinidamente en el espacio. fuera um ce te ameion que ejerciera sobre todas as estrellas acciones atractivas proporcionales stis inasas proporcionales e lus distancias. Tal con482

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