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Cirujano Egoista Lyón sucumbió a la constancia y al denuedo rabioso de los sitiadores.
Los jneobinos, furibundos y ebrios de gozo satánico, instalaron el cadalso sobre el montón de ruinas humeantes y sangrientas y dio comienzo en la sin lad el imperio de la venganza y del pillaje, no obstante las promesas de Couthon, cl paralítico. Llenáronse las cárceles de sospechosos y de seres que no tenían sobre su alma más tacha que la niñez, la hermosura, la senecind, la bizarrín, la virginidad, el candor, el apego las tradiciones religiosas, clamor álits victimas de la guerra o su temur la demagoria exaltala. Antes del fallo, casi siempre de muerte, se amargaba la existencia de Jos infelices en toda suerte de injurias de sufrimientos; luego se les conlucia al suplicio por pelotones, me liando antes la ridícula deliberación de un tribunal fanático sciento de la sangre de sus hermanos.
La discrepancia en opiniones políticas, la indiferencia y aún el silencio eran delitos enormes en aquellos días en que todos daban con rozo su vida por la libertad y la frateru lumanas.
Cuando los sitiatios on Lvón labían consumido los comestibles todos vel hambre devoraba ii quienes buscaban el sustento para sus hijos y las enfermedades se cebarn en el pueblo, próximo el momento de abrir las puertas al sitindir, un puñado de héroes guiados por su caudillo Precy, llevaron a término deftella epies desastrosa sali la conduciendo entre filas, como sagrado deposit, pneianes, mejeres y niños.
De esta ciud, los que no per eieron ametrallados regresaron Lyon para henelir las mazmorras y entregar sus cabezas al verdugo.
Muchos dins llevaban sepultados en inmensos calabozos Simón Creveus sus dis nietcritos cogitos en la funesta expedición de Preey. El anciane Creveux desenfinba del person, suponiendo que sus canas y la inocencia de los nitas alandarin el corazón de los verduros. Los dos muchachos contaminados del entusiasmo por la muerte que reinaba en las cárceles, la esperaban cantando liimnes patrióticos con los demás reclusos.
Simón racirujan, Intbía cumplinte setenta y cinco años y aún estaba vigorosos comenzar el sitio de Lu dejó su retiro y acudió al lado de su hijo y de sus nietos mas una vez en la cin la dessivióse asistiendo enfermos seurando los delitul treado en sentir tte Ins vencedores.
El hijo Sims Creus había sueumido como un valiente defendiendo un trinchem, circunstancia que ara vaba la situación del anciano, quien sin duda en la cuillotina Se le espedazaba el corazón al pensar de tan separarle de sus nietis: masins sufrimientos de sus rapasuelos le impulsadas veces a pedir la muerte para no ver la infamia y la crueldad de Víctimas Sunca mitad Simón en ningún partido político; sin embargo, amante de los deras adoraba la libertad, la fraternidad, la justicia; no creia en la ardicada sólo por los cubernantes. Honrado en sus acis. puro en sus pensamientos, caritativo y respetuoso con todos y compasiante las flames locuras del pueblo, no odiaba ni los enemigos de su juni los verdade Eus nietos. Jiny versado en asuntos de su oficio, en un proces veneral pursu edad y por su historia, que miraba como demencia culestire, anisa la por idea noile el fanatismo politico de entonces que, sexin. ca la tirania de un dictadur á otra más grave, la del pulacho. si la propiedad la religión y al pensamiento le sacaban de guici je u crimenes llefando las barrabasadas impias de los deseamist Fe tenia en la revolucions per esta nada era para Crevenx si no venía scompañada del respeto al prójimo, del progreso con virtud, de la ciencia con 540

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