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La Vieja Huerta Alla en el fondo de la vieja hueria junto a la tapia donde está el rosal, recuerdo de la haile, cogiendo flores, de gran ehupalla y amplio delantai.
Allí y alia, la oscuro golondrina cruzando triste, en misterioso vuelo: lave para que recorre el mundo pidiendo un rayo de calor al cielo en esos ojos de mirar alegre, que la vida en sus somms envolvid, halle el recuerdo de olvidados tiempos, halle la historia de persido amor.
Junto a los sanes y al maiten hanger In ensa viejt de tejado viejo, yne am conserva lo que todas pie olen el tintendusto y el sabor anejo. Sofia! dije, venturosa claims juventud y alegrias Espiro; ella volviese, me miró confusa, y en sus labios mi nombre palpite. hay mucha gente por allá? me dijo. Para todos los gustos y deseos Sonriose, me miró y en sus mejillas despertaron los leves ruboreos.
En ese instante en que el pasado vuelve, comprendemos mejor que no hay piacer mis dulce y grato, que ilusión que nace de las cenizas de olvidado ayer. Alls, entonces, las cosas y las gentes tienen sus modas y lo viejo enfada?
Aquí, me dijo tristes, todo és viejo, pasan los anos y no cambia nada!
Habiamos mucho! el misterioso influjo ile su roz sve y de su blanda ncent el vuelo desplegarot ilusiones, rual flor de cardo que de pluma el viento.
Huy amores que nunca se revelan porque hay palabrs que en los mismosinbios se detienen y luchan ngenizan por el temor de suscitar agravios.
Hablando de otras tierras y otras gentes.
seguinos el sender por doquier, refrescando las plidos recuerdos le aquella huerta que nos vio hacer.
Cuantas veces, de niño, cual entonces, mirandonos con timida ansiedad, esperando una frase nos quedamos, ella en silencio, yo sin sertar.
Con el enriño de las siejas cosas, mitaba a los duraznos florecidos ya los zorzales timidos que alaban In paja y barro pari hncer slis nidos.
El crepuisendo vago tha muriendo, ya elareaba la luna tras las lomas, de lejos, llegaba tristemente el tremulo arruilar de las paulomis.
ANTONIO ORREGO BARROS 543
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