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nes sin sentirnos emocionados y conmovidos ante esas melódicas y sentidas estrofas, hechas para despertar en nuestra alma ternuras que nos ahogan con el oleaje del sollozo que rebota en nuestro pecho.
La musa de doña Rosa es de las más tiernas y soñadoras, donde el arte resplandece y palpita la vida con sus humanos goces y sus paisajes realistas en los cuales se destacan en medio de los arreboles de la tarde, los perfiles enhiestos de las montañas patrias teñidas la caída del sol por los celajes multicolores que se esfuman y desvanecen los últimos destellos del moribundo día.
Las tardes plácidas.
Las tardes bellas Que el sol esmalta Cou sus pinceles de rosa y gualda. Orquídeas es um estuche que encierra finísimas joyas de brillante pedrería, talladas hábilmente por manos de artista que sabe pulimentar y dar la frase colorido, en el conjunto armónico de sus estrofas.
Ella y Aquileo sou los realistas más ingenuos de nuestra tierra costarricense.
Ambos piutan y nos hablau el lenguaje de la conchería tan pintoresco y risueño como las mocetonas y burdas campesinas en boca de las cuales se anima la palabra y transforma con tuiticus los encantos que encierra el sencillo y caprichoso vocabulario de nuestros rústicos aldeanos. SAL Septiembre de 1904 569

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