conocimiento cabal de nuestra flora y fauna, valiéndose de Congresos de Naturalistas, y otros que por no ser prolijos omitimos enumerar.
La comisión posesionada de un espíritu más amplio aún que el de ligar a los estudiantes, consignó entre los deberes de los federados la obligación imprescindible de defender y mantener toda costa la integridad de la Patria Centro Americana. Esto pone de relieve el alto espíritu que informa nuestra ley constitutiva, pues hace esperar que alimentados los ideales por la comunión diaria y el consorcio de pensamientos lleguemos ver realizadas las ambiciones más francas que abriguen los pechos patriotas.
En segundo término corresponde hablar de la fundación de Escuelas de Adultos. Esa idea reconoce por fuente el sincero empeño de ver instruídos los elementos sociales que cooperan al bienestar general. No es preciso repetir ahora cuánto importa la instrucción en el progreso de los pueblos, el provecho es indiscutible, y por ese motivo el Congreso emitió un acuerdo declarando la fundación de las referidas escuelas. Parecerá primera vista que peca de innecesario, pero hemos de advertir, para mayor inteligencia, que no propende únicamente nuestra escuela la instrucción común, sino que lleva en mira hacer un centro de propaganda Centro Americanista, siendo lógicos con la norma trazada: la de formar adeptos a la Chan Causa por medio de la persuación y el convencimiento.
Cumpliendo con una disposición de sus leyes, el Congreso, iniciativa de uno de sus miembros, acordó igualmente trabajar por que en los planes de enseñanza relativos a la mujer, se incluya clases de taquigrafía, contabilidad, telegrafía y otros ramos útiles para la vida práctica, para proporcionar la mujer mayores franquicias y darle medios más amplios de lograr su entera emancipación.
Viene enseguida, caleada siempre sobre el trazado de las leyes fundamentales, la hermosa idea de los señores Aguilar y Acosta, que consiste en trabajar por que la pena de muerte sea excluida de las legislaciones del Centro de América, como lo fué en esta República desde 1870. Un acuerdo impone la obligación los federados de laborar en aquel sentido y así se intenta destruir un mal de tan funestos resultados para estos pueblos.
Han sido también materia del Congreso: el Himno de Centro Amériea, que adoptará la Federación de Estudiantes como al suyo. su composición concurrirán los poetas y inúsicos de los cinco estados, en certamen que abrirá la Junta Federal. En el deseo de tener un órgano de publicación, se acordó que los federados contribuyan con una suma mensual para el sostenimiento de una revista ilustrada, que estará cargo de la Junta Federal; ésta se llamará Azul y Blanco. El alcoholismo es uno de los males que de una manera constante y ostensible minan nuestras sociedades enervando muchas energías y atrofiando inteligencias. Comprendiéndolo así, se ordenó que los federados trabajen porque se organicen ligas antialcóholicas.
Como medio de extender y afirmar los lazos de fraternidad entre la juventud, y con vista de las respectivas peticiones, se aceptó el ingreso de las sociedades Estudiantes de Derecho de esta sección, Lorenzo Montúfar, Justo Rufino Barrios, y Liga Federal de Estudiantes, de Guatemala; Francisco Morazán, y José Cecilio del Valle, de Honduras. Siguiendo la senda marcada por los anteriores congresos para la propagación de la gran idea 595