Guardar

á contemplar extasiados los bellos colores de una orquídea los brillantes matices de una mariposa, que entendáis que de allí nacieron las primeras reglas de la estética, que de allí se tomaron los primeros modelos del Arte. En otros términos, quisiera que al médico se annaran en vosotros el naturalista y el filósofo, y ya que habéis fundado una sociedad científica y que ella debe llevar mi nombre; querría perdonadme esta pretensión. que vuestra sociedad animara también mi espíritu. Por este motivo me le propuesto hablaros, en mi primera conferencia, sobre las ciencias biológicas y sus puntos de contacto con los demás ramos del saber humano; tema grandioso y que no pretendo tratar fondo, pues esa labor no entraría dentro de los estrechos horizontes de mis conocimientos, ni dentro del limitado cuadro de El Comandante Hirose, de la armada japonesa.
Los cuatro fotograbados han sido tomados de tarjetas postales, suministradas esta Revista por los señores Pedro Iglesias y Alberto Barrantes una conferencia. Sólo trataré de delinear, aunque sea grandes rasgos, el extenso campo de nuestras ciencias biológicas y señalaron los rumbos que debéis de seguir para adquirir un concepto verdaderamente científico de nuestra vida, del Universo y de la filosofia moderna.
Durante un largo período de tiempo reinó en la Medicina, y especialmente en la Fisiología, una doctrina que no comenzó declinar sino hasta mediados del siglo diecinueve; me refiero al vitalismo. Según esta doctrina, se quiso es.
tablecer una frontera impenetrabie entre los fenómenos vitales y los demás 655

    Notas

    Este documento no posee notas.