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Mañana al despuntar la aurora se habrán cumplido mis ensueños. En esos benditos momentos seré la esposa de Roberto.
TARJETA POSTAL Dafnis Cloe Se juntaron en un valle encantador: en las márgenes del arroyo que afluye de un manantial inagotable y frío se asientan los huertos, breves, umbrosos, con sus naranjos verdinegros, poca costa regados. Más allá se extienden las viñas ibérrimas en otoño. llorosas en invierno. como una gran sábana rumorosa y oscilante; y cerrando el ancho círculo, pinares aromosos, colinas llenas de «monte. de plantas que huelen, de arbustos que llevan en su sabia bálsamos desconocidos, virtudes misteriosas.
Chosas grises y casitas blancas llenan el valle; y en su centro, junto un pozo que un jazminero espléndido engalana, se alza la hermita, blanca también, resplandeciente con su campanita de argentino son. que anuncia el alba como los pájaros: y por la tarde, en la atmosfera crepuscular, balbucea el toque de «Angelus cou una pureza ideal. como oración de vírgenes y de niños.
Dirigían su exiguo rebaño, de arriscadas cabras. Jacinto: de ovejas mansas y dóciles. María del Reposo: entrambos en el alborear de la juventud, en los primeros vuelos ardientes del espíritu. entráronse los rebaños en el monte: las cabras con la flor de los arbustos, llenas de miel, henchidas de polen: las lumildes ovejas paciendo la verba olorosa, pegada al suclo, que perfumaban con el olor de las semillas, con el áureo polso de sus pétalos. ver tú, so trapajo, si ladeas la pira y echas para allá tus cochi.
nas ovejas. No estás viendo que estoy yo aquí con lo mío?
Es que dan en juntarse. ayúdame tú. peazo de carne bautizáa; y después de todo, todos comen, unos la fior que da el nonte, otros la yerba que da el suelo. Nadie se estorba: así debíamos ser el ganao que va por el mundo. Qué sabes tú lo que es el ganao del mundo, muñeca estripáa! Al recoger la primera sarnosa, Jacintillo, con la cayada en alto, se fué hacia la zagala con ánimos revueltos y sanguinarios. Contrai que todos los días habemos de tener la misma fiesta.
No quieres largarte? Pues yo te echaré pa siempre, así. se quedó con el palo levantado; sin saber por qué no lo descarga734

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