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adquisiciones, sabido acomo un acierto aumentar su de los extran legislación de nacionales. NC hubieran redi adoptado tode tan oriental co des de raza, u Su def defensa propi Carta ciencia, sino a pocos hombres cuyas prendas de carácter sean conocidas y que hayan dado pruebas de tener completo dominio sobre sí mismos, de modo que puede darse por excluido todo abuso.
Pero lo más notable en esta lucha es que el verdadero maestro apenas hace uso de las propias fuerzas para defenderse, sino que se sirve de la fuerza de su mismo adversario para vencer éste. En ello estriba el arte del «Jiujutsu. en utilizar la fuerza del adversario para la propia victoria, y cuanto mayor sea esa, esta fuerza, tanto peor para él, pues la significación de la palabra «Jiujutsu» es: Vencer cediendo.
Sin embargo, lo más prodigioso del «Jiujutsu» no se halla precisamente en aquella rara habilidad de los lidiadores, por admirable que ésta sea, sino en la idea, exclusivamente oriental, que se halla expresada por este arte. qué cerebro europeo se le hubiera ocurrido la tesis singular de no oponer jamás la fuerza la fuerza, sino de contentarse con utilizar en el propio provecho la fuerza del agresor fin de aniquilarlo por medio de su propia fuerza? La inteligencia europea busca líneas rectas; la oriental se com place en describir curvas y círculos extraños. Sin embargo ¡qué símbolo tan fino de intelectualismo el de tratar de vencer por sutileza la fuerza bruta!
El «Jiujutsu» es más que un arte de defensa; es todo un sistema fisiológico económico y ético (gran parte de la enseñanza del «Jiujutsu» es puramente moral) y, ante todo, es la expresión del genio de aquella raza, de este genio que no es suficientemente conocido por las potencias que sueñan con grandes conquistas en el extremo Oriente.
Hace veinticinco años, el extranjero que viajaba por el Japón se sentía inclinado profetizar que este país acabaría por adoptar, no solamente el modo de vestir europeo, sino también los usos de esta parte del mundo; que implantaría no solamente nuestros rápidos medios de comunicación, nuestras industrias y nuestra ciencia aplicada, sino también los principios de nuestra arquitectura, nuestra metafísica y nuestros dogmas. Pero semejantes suposiciones se hallaban basadas en un absoluto desconocimiento del carácter de raza, en una completa ignorancia de las aptitudes de este pueblo, de su previsión y de su alto espíritu de independencia. ninguna se le ocurría que todo lo que el Japón hacía, se reducía practicar «Jiujutsu. En Europa ni siquiera se había oído nombrar este arte. sin embargo todo no era más que «Jiujntsu. El Japón ha adoptado un sistema militar basado en las mejores experiencias, tanto alemanas como francesas, y puede movilizar hoy por hoy un ejército de 250, 000 hombres, apoyados por una poderosa artillería. Crcó una marina importante, de la que forman parte algunos de los mejores cruceros del mundo, y reglamentó su código de navegación según los más adelantados modelos franceses ingleses. Construyó doks, compró vapores mercantes para llevar sus productos Corea, Filipinas, Méjico y las Indias; construyó 2, 000 millas de vía férrea y posee actualmente el servicio postal y telegráfico mejor y más barato del mundo.
La costa del Japón tiene fama de ser la mejor iluminada de ambos emisferios; su servicio de señales, vigía marítimo, no es inferior al de Norte América. De este país tomaron el sistema de teléfono y de alumbrado eléctrico; organizaron sus escuelas públicas según los mejores métodos de Alemania y Norte América, pero supieron regularlos de modo que la enseñanza concordase perfectamente con las instituciones del país. Crearon un sistema de policía según modelo francés, pero adecuado del todo a las necesidades especiales del Japón. Proveyeron de máquinas sus minas, sus fábricas, sus ferrocarriles; para ello pagaron multitud de ingenieros extranjeros; pero actualmente se les despide. No necesitan ya maestros.
Se llenarían tomos enteros para enumerar lo que han hecho los japoneses para el progreso de su país. Pero bastanos decir que las múltiples La naturale mana son inex cumplido su la tumba un dísima, doña de Sancho. fanitos, han sus desdich un miembro drá reponer. los carit de la señora en gran parte go, la benéfic ción llamada fanos.
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