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Oreop tral, en el a corte sa fab Ambo tros son parec los ru ción con carác quitos, élitros de coleópteros pequeños, etc. pruebas evidentes de que los insectos constituyen una parte importante de la alimentación de estas avecitas. En la costa de Pigres tuve también oportunidad de observar que una especie interesante de estos pajaritos vuela frecuentemente flor de tierra durante la marea vaciante, sobre el suelo húmedo de los manglares, cazando pequeños mosquitos, con los cuales se llena el buche hasta dejarlo abultado y compacto.
La nota distintiva de los chupaflores consiste en un constante tí tí tiri tirí, repetido lo mismo cuando vuela con rapidez que cuando se posa tranquilo sobre las ramitas secas, como si golpeásemos por largo rato sobre un yunque de acero con un martillo diminuto. El zumbido que producen sus alas delgadas al cortar el aire rápidamente es también un ruído característico que no se puede equivocar con el vuelo de otras aves. Generalmente vuelan por pares, como si tratasen de perseguirse unos otros; luego revolotean al rededor de un árbol planta que tenga flores, se posan por momentos, y continúan sus correrías de mata en mata así desde la salida hasta la puesta del Sol. En los climas cálidos parecen ocultarse entre el bosque durante el medio día; sus excursiones campo descubierto son más frecuentes por la mañana y por la tarde.
La época del celo en estas avecillas parece durar todo el año, pues en los meses de Noviembre y Diciembre, en que rara vez se obtienen nidos de otros pájaros, hemos recibido de nuestros colectores repetidos ejemplares, conteniendo huevos enteramente frescos. La mayor variedad existe en el tamaño y forma de esos nidos, fabricados veces con musgos Nido de Colibri delicados, telas de araña, algodón, Fabricado en una hoja de helecho líquenes, lana vegetal, etc. todos con cavidad de media esfera y suspendidos en las horquetas de ramas del.
gadas diversas alturas sobre el suelo.
La especie más abundante en el valle central, dice Mr. Cherrie. 1) y que habita desde la costa de ambos mares hasta una elevación de dos mil metros sobre el nivel del mar, es la Amazilia fuscicaudata, la cual parece anidar en todos los meses del año. Su nido lo fabrica de cuatro cinco metros de altura en los naranjos y limoneros, con una materia semejante estopa de cáñamo, adornado por fuera con líquenes, y tapizado por dentro con filamentos de algodón. Un nido descrito por el referido naturalista, era de forma elíptica, midiendo tres centímetros de abertura próximamente.
Tenía dos huevos blancos, de 139 milímetros de largo, por 91 de grueso.
sólo pero subs to lc que peci y cior trai pen hac rel (1) The Auk. Tomo IX. pag. 325. Octubre de 1892.
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