Bibliotecas para ciegos Año. Du En la Nueva Antologia encontramos una interesante información sobre las bibliotecas circulantes italianas para ciegos.
Fundada hace siete años bajo el patronato de la reina Margarita, empezó muy modestamente con 73 volúmenes, que hoy han pasado ser más de 800. Es gratuita, y está abierta al público todos los jueves en el número 21 de la vía Salustiana. En el tiempo que lleva de existencia han sido servidos los pobres ciegos de Italia 3, 500 volúmenes, debiendo depositar cinco libras y pagar el porte de ida y vuelta de los libros los lectores que viven fuera de Roma.
Los libros están escritos por el sistema Braille, más de la mitad son debidos al trabajo voluntario y donativos generosos y el resto escritos al dictado por ciegos italianos remunerados al efec10. Este trabajo de copia por el sistema Braille no es difícil, requiriendo tan sólo un poco de paciencia y mucho cuidado. Puede hacerse en casa, y los gastos no son más que de ocho liras y media por un aparato, y una lira por cada kilo de papel especial. Cada volumen representa unas cincuenta y tres horas de trabajo de una persona suelta en la escritura Braille; de modo que cualquiera puede preparar un volumen al mes dedicando dos horas a este trabajo. Los novios, de Manzoni, reproducidos en esta escritura, requieren 14 volúmenes. La biblioteca para ciegos es una institución altamente humanitaria, que merece ser conocida y difundida por todos los países.
我本立於 Malos alumnos hechos célebres Linné, el fundador de la botánica científica, fué despedido de la escuela y colocado de aprendiz en una zapatería, donde lo descubrió más tarde un médico y lo hizo estudiar. Liebig, el célebre químico inventor del extracto de carne, fué siempre el más ignorante de la clase. Humboldt, el gran naturalista, mostróse tan poco inteligente que su madre y hermano le juzgaron incapaz de estudiar. Walter Scott, el famoso novelista fué el terror de todos sus maestros. Wellington fué un modelo de pereza y de tor.
peza. El gran Napoleón carecía de inteligencia cuando niño, la que se despertó recién entrado a la Escuela Militar.
San 816