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DE VERANO Alejandro Alvarado qué с ¡Oh las tardes azulosas y opalinas en que flotan las tristezas de las almas. oh las tardes de verano tan hermosas, perfumadas, en que vagan los ensueños y nostalgias como ignotas caravanas que pasean mudamente por las calles solitarias. Oh las tardes de crepúsculos soberbios. oh las tardes de soberbios panoramas que iluminan con su fiesta de colores la metrópoli nostálgica como cirios gigantescos el panteón de los amores y alegrías de otras épocas pasadas.
En las noches, noches frías en que alunibran las estrellas como lunas despejadas, San José parece envuelto en penumbras quejumbrosas que hablan el idioma de las tiernas, de las dulces serenatas que se tocan a las puertas de las novias cuando duermen, que se tocan las puertas de las novias adoradas.
En las noches mudas, frías San José suspira triste; puertas y ventanas las pupilas de las casascon sus luces apagadas impresionan como párpados cerrados por el dedo de la Parca. Pensatira, dulcemente reclinada en los blancos cortinajes de su hipnótica ventana, por los pálidos reflejos de celestes claridades vagamente iluminada, ay! los ojos ya no miran la virgencita del alma. Oh las noches en que vagan las penumbras quejumbrosas coma pardos escuadrones de fantasmas!
826 V: el par Enero

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