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especial las primeras, han abandonado el sendero por donde han ido casi todas las mujeres; se han olvidado de aquellas sociedades inútiles y perniciosas con que algunos ambiciosos saben entretener el ocio de las señoras y señoritas. Ada Negri, al dedicar su conferencia los niños no ha hecho otra cosa que obedecer los impulsos generosos de su corazón; en sus palabras vibraban al par que sus sentimientos humanitarios las hermosas ideas que muchos espíritus desinteresados van regando por el mundo.
Habló del niño con su voz dulce, tierna y triste que parece ir contando las tristezas de su juventud y las ternuras con que hoy rodea los desgraciados. El niño se considera en todas partes como el encanto de la casa al cual es necesario vestir bien y pasear por la ciudad para que se vean sus camisitas primorosamente bordadas, sus sombreros adornados con plumas y cintas y su calzado de colores apagados. Se hace de ellos un pregonero de los recursos de sus padres; se les educa en el lujo enseñándoles despreciar los que no van tan bien vestidos como ellos. Todavía muy niños dejan de serlo para convertirse en hombres antes de tiempo; son hombres por sus dan cuen enfermer tes preci cuyos en ambición han roda sus dese: to de su siquiera habilitan jovencita Ad todo eso, nas y, a escuchab mullos Y escribió sucio, de ternur Fot. Rudd HACIENDA AMÉRICA caprichos y por sus vanidades. Ada Negri llamó la atención de las mujeres que la escuchaban hacia ese defecto que quita los niños muchos de los encantos de la infancia y que hace de ellos unos desgraciados imitadores de la vida de sus padres.
10. Luego hizo varias observaciones respecto a las discordias conyugales calificándolas de perbertidoras y criminales. Los matrimonios que no van de acuerdo deben callar sus quejas delante de los ángeles del hogar; cada palabra de esas que la memoria de un adulto no olvida son un conjunto de nociones nuevas que el niño adquiere; cada insulto de esos que los seres po870