sobrecojerla de serios temores: en las ventanas de la casa, los hijos del cazador se recataban con el fusil al brazo.
La muda escena se prolongaba, y solo era interrumpida por el ruido que el aguilucho metía en su loco afán de dejar la jaula.
nos col ági me IV tra las mo.
con dre por cioi agu noc hijo nas pres SE cos pac ye.
inai Las sombras de los árboles y de las empalizadas se alongaban, el día declinaba, y poco a poco los chicos proseguían alborozados sus juegos, corrían de la puerta de la casa la jaula, y tornaban gritando y haciendo cabriolas sobre el césped; los grandes por su lado fueron al fin emprendiendo sus ocupaciones ordinarias. la liora del crepúsculo, la nuera del dueño de la granja salió al patio con su hijo de pecho en los brazos y lo colocó sobre una pieza de lino que había estado al sol sobre el césped, y tomó en sus manos un rollo de la misma tela para enjuagarle la legía la orilla del pozo. Tranquilamente desempeñaba su faena cuando un instantáneo obscurecimiento del aire al que siguió un zumbido de luuracán y luego un fuerte aletazo, todo en menos de un seguido, sobrecogió de temor la joven que se levantó sorprendida sin soltar el rollo de lino; torna la vista y ve wr ave gigantesca que al tocar la tierra levanta el vuelo la criatura entre las garras. Durante un segundo, que fué para la pobre madre un siglo, contempló el terrible espectáculo y midió su ininensa desgracia al través del aire azul que ya la separaba del hijo de sus entrañas; pero madre al fin, no perdió el dominio sobre sí misma, loca de angustia vuela la jaula, arranca febrilmente El águila levanta el niño entre sus garras dos barrotes, toma el aguilucho que la hiere con garras y pico, lo suspende, grita desesperada, y consagra todas sus energías llamar la atención del águila que, madre también, miraba hacia abajo donde dejaba preso su hijo.
La bestia suspendió por un instante su vuelo, y la joven madre, presa del dolor de su alma y debilitada por la sangre que corría de sus carnes destrozadas por el pequeño monstruo que agitaba entre sus macon flác bre mie vas Hai que ir y dar pero. No muer No bi cógeli Ten pero No Interi Vio e en de y volt 948