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da, minc de su cant su ir cant Don PIETRO Caruso, de Roberto Bracco Traducción para Píginas Ilustradas Don Pedro Caruso es un abonado las tabernas, un hombre que se hace cargo de los trabajos más variados, uno de esos seres que viven medrando y que de pronto sienten que su alma baja y mezquina desea elevarse y se eleva de una manera triste, demasiado triste.
Tiene una lija, Margot, una bella muchacha de 20 años, la cual siempre ha impedido el ir trabajar: él puede manchar su vida en las tabernas y en otros sitios viciados; pero nunca permitirá que su niña frecuente los talleres y las fábricas, en donde las mujeres se pervierten unas otras, en donde encuentran el sendero florido que lleva al abismo.
Margot permanece encerrada todo el día, fastidiada con aquella vida triste, ociosa, sin ideales, sin la alegría de un amor puro, sin las palabras dulces que saben pronunciar los labios sinceros de un novio. mientras la existencia de su padre se desliza entre la bebida y el juego, la pobre muchacha ama, ama con frenesí al conde Tabrizi, quien recoje la flor de virjinidad que con tanta solicitud ha cultivado el viejo Caruso.
Tabrizi ha sabido valerse del señor don Pedro para sus trabajos eleccionarios en los cuales el anciano le ha servido con gusto, puesto que el dinero del conde le permitía beber en la taberna y perder en el garito.
Al terminarse las elecciones con resultado negativo para Tabrizi, éste visita su propagandista y, en presencia de Margot, le hace un regalo precioso, que los ojos del anciano miran con avidez. La niña se siente ofendida con aquel obsequio; prohibe a su padre aceptarlo porque, aquellos billetes son el pago de su lionra, porque aquel dinero es el precio de su pobre a inor.
El señor Caruso devuelve aquellos papeles que le queman las manos y pide al conde la reparación de su falta.
El aristócrata rie, lo llama loco porque quiere que se una Margot y con mil consideraciones infames le hace ver que su posición, el título, y en especial, el nombre que lleva, le impiden casarse con ella. aquella misma posición y aquel título y aquel nombre no le impidieron bajar hasta la hija de Caruso y robarle miserablemente el solo tesoro que poseía! lo único que le ofrece es hacerla su entretenida, única misericordia que se esconde en las tinieblas de esas almas de sentimientos mezquinos. El pobre Caruso tiene que hacer aquella propuesta a su hija, asegurando antes, al despedirse del conde, que no cree que su Margot prefiera la vida del deshonor la existencia. miserable, es cierto pero honrada en compañía de su padre.
El anciano, cuya alma baja y mezquina dormía sorda los llamamientos de la vida tranquila y buena, siente en sí un deseo de elevarse y se eleva de una manera triste, demasiado trite.
Llama su hija después de liaber colocado en su bolsillo un revólver pone en su conocimiento las palabras del conde y el pobre padre siente una tristeza muy grande al ver que ella calla, que no se yergue pinta existi La Co sler su ha tieror ca es crédit batal elles.
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