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PAGINAS edas frialdad; con que él tantas tos en que ni le preguntó: orque soñar tiempo para spera de esa iete. Coientecillo me pensando en Embriagado lurmiendo. Tirili! itirili! yo vivo, yo siento el dulce dolor de la existencia; siento todas las alegrías y las penas del mundo; sufro por la salud de la liumanidad entera; expío sus pecados, pero también me aprovecho de ellos. no sólo simpatizo con los hombres, sino también con las plantas, cuyas mil verdes lenguas me refieren amorosísimas historias, pues saben que no tengo humano orgullo, y lo mismo converso gustoso con las más humildes florecillas de la pradera que con los abetos más altos ¡Ah! ibien sé lo que pasa semejantes abetos! De lo profundo del valle elévanse hacia el cielo, y sobrepujan casi las más atrevidas cumbres de las rocas.
Pero ¿cuánto dura esa grandeza? lo más, un par de miserables siglos, tras los que crujiendo se derrumban agobiados por la vejez y se pudren en el shielo. Por la noche salen los maliciosos bichos de las quebraduras de las rocas, y se burlan de ellos por añadiuura, gritando. Ved, oli fuertes abetos, que creíais poder mediros con las montañas; ahora yacéis allá abajo destrozados, en tanto que ellas sigucn inmóviles y erguidas. Un águila que se posa sobre su querida roca solitaria dele sentir mucha compasión al escuchar semejante burla. Piensa sin duda en su propio destino. Aun no sabe qué profundidad irá un día caer. Pero las estrellas centellean de un modo tan tranquilizador, las aguas del bosque susurran tan Tres buenos amigos consoladora mente, y la propia alma domina tan altiva todos los pusilánimes pensamientos, que pronto los olvida de nuevo. Sale el sol y vuelve a sentirse como siempre; se remonta volando hacia él cuando está suficienteinente elevada, le canta sus goces y sus penas.
Sus cofrades los animales, y en especial el hombre, creen que el águila no puede cantar, y no saben que canta solamente cuando está fuera de su alcance, y que, en su orgullo, sólo quiere ser por el sol escuchada. tiene razón; pudiera ocurrírsele alguno de la emplumada familia publicar aquí abajo un juicio de su canto, y sé por propia experiencia lo que dicen tales críticas.
ojos bajos y o absolviera. una de sus ya marchidándolo por bustero. 953

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