Guardar

procesiones Los suplicios en China LA MUERTE LENTA e llenas de observando ón ante las ndan en Boas pinturas los muros y 1, la música oír las herr. Cada caque en ella ser igualanira compadetalle que sabios y los pavimento eé para que to estraño, ación los con Sui VOZ uy lejanas.
ño y desde costarricensus fiestas irotécnicos, sentaciones y morali«La muerte lenta, pena que se impone en China los criminales, cuando menos cierta clase de criminales, es el suplicio supremo, el último escalafón del Código Penal de aquel país.
Esa sentencia se impone con bastante facilidad. Si se insulta en un periódico la persona augusta del Emperador. muerte lenta. Si se desobedece al Gobierno. muerte lenta. una mujer es adúltera. muerte lenta. Un jefe militar un empleado civil ha fracasado en tal cual comisión. muerte lenta. esa muerte es ingeniosa. Dura tres días cuando menos. En algunos casos dura ocho. Es un suplicio metódico; una operación muy laboriosa.
Se empieza por arrancar las uñas de las manos y de los pies del condenado; después, uno uno minuciosamente, van desprendiendo y arrancondo los músculos, primero los de las piernas, después los de los muslos y al fin los de los brazos; en seguida empiezan romper y arrancar los huesos, desarticular las coyunturas, y el verdugo blande como si fuera una espada la tibia del hombre todavía vivo, arroja un lado con soberbia impasibilidad, un fémur ensangrentado.
Y, sin embargo, todo eso no es más que un preámbulo; falta llegar al tronco.
Al llegar él empiezan por hacer incisiones entre la piel y la carne, introduciendo en ellas arroz, maíz bellotas; esta operación se continúa por todo el tronco, hasta que el relleno esté completo. Después siguen con la cabeza, y es muy importante que Borde del lago caliente para entonces el paciente esté todavía con vida. El verdugo se dedica hacer heridas pequeñitas, con infinita paciencia y minuciosidad; primero arranca los cabellos poco poco, después las cejas, las pestañas, los dientes, las orejas y la lengua.
Después viene lo refinado y artístico. Uno de los más altos y respetados mandarines del Tonkin, contaba con risitas en la voz, que él había encontrado una manera ingeniosa y encantadora que completa ba o daba cima las operaciones necesarias para producir la «muerte lenta. Cuando ese digno y risueño magistrado asistía una ceremonia de aquel género, ordena ba al llegar el quinto día, que se arrancaran ojos al condenado, haciéndolos reemplazar con dos de aquellas perhibsas frutas encarnadas del grueson de una ciruela que en China kadar Kar, Hai Hecho esto se suspendían las mutilacione Costa Blue una plaza esas divernos, manisemejante sas fiestas así no tenperiódicos y calles de ve, se eduí sus habiNIER 991

    Notas

    Este documento no posee notas.