Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
À MODO DE PRESENTACION POR GABRIEL MAURA GAMAZO No la necesita Björnstjerne Björnson para el público de La Lechura.
Popularizados su retrato y biografía por las revistas y periódicos extranjeros, franceses principalmente, forma ya el autor de El Guante, con Ibsen y Tolstoi, el grupo de patriarcas de la literatura modernísima, el peligro amarillo de los autores y editores franceses que amena za barrer del inercado europeo los frutos artificiales de la caduca mentalidad latina, sustituyéndolos por estos otros frescos y lozanos de la flora septentrional, de sa via pujante. Quizá se exageran los posibles estragos de esa invasión, que llama Annunzio de los Bárbaros del Norte, porque siempre habrá en literatura quien prefiera lo delicado lo fuerte; pero si el peligro fuera real, sería inevitable, que es el arte democrático, y sólo discierne sus categorías quienes con sufragios acreditan merecerlas.
También como Tolstoi y como Ibsen, es Björnson, física intelectualmente, un atleta, ha llegado a la última etapa de su vida sin que el tiempo lograse doblegar su noble cabeza cubierta de canas, canas que recuerdan luchas políticas, empeños literarios, tristezas de la emigración, dulzuras del triunfo, todo lo que teje la historia de los grandes agitadores intelectuales. Porque Björnson ha sido, ante todo, un agitador republicano con la palabra y con la pluma, desde que allá en sus fogosas moceBJÖRNSTJERNE BJÖRNSON dades envió al Rey un cartel de desafío, cuando supo que había hablado despectivamente de una de sus obras, hasta hoy que coronado por el éxito, aclamado por los propios y respetado por los extraños, alienta con sus escritos las generaciones nuevas continuar la lucha por las ideas cuyo triunfo parcial él lograra.
No usa, como Tolstoi, la barba de los personajes bíblicos, sino patillas lo Ibsen; completan éstas el marco blanco de una fisonomía de facciones duras y pronunciadas, que serían desapacibles si no alterasen su expresión los ojos de miope, inquietos y penetrantes cuando miran través de las gafas, socarrones cuando ven por encima de ellas.
BJÖRNSON ΙΟΟΙ
Este documento no posee notas.