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se acostuniEnes de don taban el pely solicitar bido existir de seda regros, adornados a la manera del traje anterior: su importe era de ciento ochenta pesos; otro traje, igualmente de seda, color leonado, con flores amarillas, estimado en setenta pesos; cuatro trajes más, de diferentes clases y precios; un collar de perlas, granate fino, y cuentas de oro, de tres vueltas, valorado en noventa pesos; un pelícano de oro, con tres esmeraldas y dos perlas, estimado en ochenta pesos; un collar de treinta y seis cuentas de oro; unas arracadas de perlas y esmeraldas; unos papagallos de oro, zarcillos, aritos, sortijas, de éstas una con cinco esmeraldas; prendedores de perlas, alfileres con esmeraldas; brazaletes de coral; brazaletes de granate verde, con canutillos de plata; adornos para el peinado, etc. Además, recibió, como era natural, ropas de cama, colchones, servicio de comedor y tocado; ropas de algodón; un cojín de terciopelo carmesí, de Castilla; y otras menudencias que en la carta de dote se especifican.
Aparte del provecho material que tales prácticas reportaban a los recién casados, cuando pertenecían familias acaudaladas, eso excitaba veces la murmuración de las gentes, y, por regla general, ocasionaba disgustos de familia, si no al otorgarse la escritura por el novio afortunado, al menos cuando moría alguno de los cónyuges; porque al fin de la jornada matrimonial el sobreviviente de los dos debía rendir cuentas de los bienes, y el importe de la carta dotal se consideraba como deuda privilegiada en beneficio de la mujer de sus hijos.
Hoy los obsequios de boda no constituyen una obligación, y bien puede disponerse de ellos sin temor de que más tarde los haian de reclamar: cada cual regala sus amigos, para ayudarlos sobrellevar las cargas del matrimonio. lo que mejor le parece; el que menos obligado se siente, contribuye con un ramo de flores, que embalsaman el aire del nuevo logar durante los primeros días, y los redactores de periódicos dedican al tiempo de la boda algunas frases de cariño. Así cambian las épocas, y nos dicen que en materia de bodas somos menos positivistas que nuestros antepasados, ALFARO Sandoval UN GAS PRODIGIOSO Un conocido químico de Lemberg es inventor de un gas que puede llamarse prodigioso.
Cuando se le condensa, toma la forma de bolitas de un color azul verdoso, elásticas como si fueran de hule, y que emiten unos rayos bajo cuya influencia se acelera grandemente el crecimiento de las plantas y el desarrollo de las flores.
Esos rayos sirven para impedir que las materias orgánicas se descompongan.
Las bolitas condensadas de ese gas, en corta cantidad, bastan para conservar en un vagón la carne y la fruta como si estuviera en una cámara frigorífica.
rtago.
Alcalde or su marido, alor de tres enta que las valoraban S cosas: una na, adornaaya y jubón El teléfono automático es una combinación del telefono y del fonógrafo.
Cuando se llama, se pide comunicación un aparato de esta especie, el fonógrafo aplicado al teléfono responde automáticamente. Comunicad vuestro mensaje. Yo lo repetiré después. Y, en efecto, el mensaje registrado en el cilindro fonográfico, puede ser oido más tarde por el que se acerque al aparato y le pida la repetición de lo que se le transmitió.
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